La Red Asturiana de Playas Sin Humo suma este año ocho nuevas incorporaciones: Salinas y L´Espartal-San Xuan, Bahínas, Arnáu y Bayas, en Castrillón, y Astilleru (Llastres), La Griega y La Isla, en Colunga.
La Consejería de Salud impulsa este programa, que promueve una vida libre de tabaco, previene el consumo y fomenta el respeto a las personas y al medio ambiente, en el que participan 22 arenales de 7 municipios.
El proyecto que el Gobierno de Asturias desarrolla en colaboración con los ayuntamientos comenzó en 2019 y constituye una propuesta educativa y de concienciación social para difundir estilos de vida, ocio y turismo saludables. En las playas sin humo, se busca que no se fume en toda la zona o en áreas señalizadas, a excepción de los espacios al aire libre de los locales de hostelería.
La campaña persigue sensibilizar a la población infantil y juvenil ante el tabaquismo, que es la primera causa de morbilidad y mortalidad evitable, e informar sobre los efectos nocivos del humo.
Actualmente forman parte de la red las siguientes playas:
- Castrillón: Santa María del Mar, La Llada (El Puerto), Munielles Salinas y L´Espartal-San Xuan, Bahínas, Arnáu y Bayas
- Colunga: Astilleru (Llastres), La Griega y La Isla.
- Castropol: Peñarronda.
- El Franco: Pormenande, Porcía, Castello y Cambaredo.
- Soto del Barco: Los Quebrantos.
- Tapia de Casariego: La Ribeiría y Santa Gadea.
- Villaviciosa: Misiego, Miami y El Puntal.
Toda la costa libre de humo en Castrillón.- Castrillón se convierte en el primer municipio asturiano con todas sus playas libres de humo, al sumar a Santa María del Mar, La Llada (El Puerto) y Munielles, que se incluyeron el año pasado en la red, el resto de sus arenales. Por este motivo, se ha elegido Salinas para presentar las nuevas incorporaciones, coincidiendo con el Día Mundial Sin Tabaco.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elegido este año el lema El tabaco, una amenaza para nuestro medio ambiente con el que se busca concienciar a la opinión pública sobre el impacto del cultivo, producción y distribución del tabaco, así como de los residuos que genera.
El 14% de los desechos retirados de las playas son filtros de cigarrillos, que no son biodegradables y tardan hasta 10 años en descomponerse. Los filtros están diseñados para acumular los componentes del tabaco, incluidas las sustancias químicas más peligrosas, que son liberadas en contacto con el agua y llegan a ríos y mares. Se estima que una colilla provoca la contaminación de ocho litros de agua. Además, al arrojarlas en la arena, pueden ser ingeridas por especies marinas o acabar en manos de niños y niñas.
Las colillas contienen sustancias nocivas como el etilfenol, la nicotina, el mentol, metales o alquitrán, carcinógenos y pesticidas. Estos últimos tienen un potencial efecto tóxico sobre el medio ambiente que puede trasladarse a la cadena alimentaria.