La corporación municipal del Ayuntamiento de Ribadesella se ha pronunciado por duplicado en torno a la limpieza del arenal de Santa Marina. En el pleno celebrado esta semana se aprobaron dos mociones en las que se solicita el apoyo económico del Principado en esas tareas. La primera, presentada por el PP, se pronunciaba en la misma línea que la Proposición No de Ley recientemente aprobada en la JGPA y salió adelante con 8 votos a favor y los cuatro en contra del PSOE.
La segunda, presentada por los socialistas, contó con el voto unánime de los doce concejales que asistieron al pleno. En ella se reclama que el Principado “tenga en cuenta el hecho diferencial” de la playa riosellana que cada invierno recibe toneladas de basura procedentes del río Sella. El alcalde, el socialista Ramón Canal, espera que el Ejecutivo regional “sea sensible a la cuestión y establezca una línea de financiación para echarnos una mano en este tema incrementando de forma específica el Fondo de Cooperación que recibimos anualmente, no en vez de sino mas a mas”.
El Partido Popular apoyó la propuesta del equipo de Gobierno, pero los socialistas votaron en contra de la iniciativa conservadora porque, según Canal, es una “moción trampa” que trata a todos los concejos costeros por un igual, obligando al Principado a asumir una competencia que les es impropia, porque la Ley de Costas establece que esa es una tarea municipal.
JUEGO DE LA PELOTA EN LAS CALLES.- La corporación municipal también rechazó otra moción del PP en la que se pedía modificar la Ordenanza que regula las calles peatonales para permitir el juego a la pelota en la Plaza de La Atalaya. Ante un primer empate, por la equivocación del teniente alcalde, Luis Fuentes (Cs), en segundo intento fue descartada. Sin embargo, la corporación se comprometió a buscar soluciones alternativas a esta demanda vecinal.
Entre ellas, utilizar el patio del Colegio Nuestra Sra del Rosario si así lo autoriza su dirección o el pabellón deportivo de La Atalaya si lo acepta el Colegio Público Manuel Fernández Juncos, usufructuario del mismo. Ambas propuestas requerirían de un servicio de guardería o vigilancia que, en principio nadie quiere asumir. El PP propuso utilizar a “los monitores de la empresa que imparte clases en el polideportivo”.
Pueblu también planteó una tercera alternativa, declarar como calle residencial un tramo de la plaza de La Atalaya, “limitando la velocidad a 20 ó 10 kilómetros por hora tal y como se hace en otras ciudades”, afirmó Ricardo Cangas. El PP aceptó la propuesta del Pueblu, pero tanto el alcalde como el concejal de tráfico aseguraron que no contaba con el informe favorable de los técnicos, “porque no se puede permitir que los niños jueguen al balón en una calle donde hay circulación de vehículos”. Ramón Canal también esgrimió la denuncia presentada por una veintena de vecinos de la plaza contra el juego de los niños.
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