Después de tres años sin Descenso Internacional del Sella -el último se disputó el 3 de agosto de 2019- la 84º edición de esta prueba de piraguas se promete apasionante. En la línea de salida, bajo el puente de Arriondas, habrá 1.117 piragüistas repartidos en 768 embarcaciones. Entre ellas los mejores maratonianos del mundo y el mayor especialista en descenso de ríos, el riosellano Walter Bouzán, que regresa a la ribera en la que nació después de cinco años de ausencia y ocho victorias consecutivas antes de la que fue su segunda despedida. Walter ganó los descensos comprendidos entre 2010 y 2017 junto al gallego Alvaro Fernández Fiuza, una dupla cuasi perfecta. Por ese motivo, con su reaparición todo cambia y su K2 vuelve a ser la gran favorita, la piragua a batir ya que nunca nadie lo ha hecho con anterioridad. Sus ocho participaciones juntos las cuentan por victorias.
No obstante, el sábado 6 de agosto, habrá un amplio ramillete de embarcaciones dispuesto a aguarles la fiesta. Entre las 67 embarcaciones K2 Senior encontramos a las que este fin de semana representan a la selección española en el Campeonato de Europa de Maratón que se disputa en Silkeborg (Dinamarca). Por un lado, la nueva piragua de La Cultural de Ribadesella, tripulada por el riosellano Miguel Llorens y el cangués Alberto Plaza. El primero nunca ha tenido suerte en su río y el segundo fue campeón K1 en 2017. Por otro, la K2 de los últimos vencedores del Sella, el leonés José Julián Becerro y el asturiano Miguel Fernández Castañón. Además del récord de la prueba (01:01.14), establecido junto a Julio Martínez en el 2009, el del Corvera ya acumula dos victorias en el Sella y quiere la tercera.
Su excompañero, el cántabro Julio Martínez, buscará la docena. Se trata del palista más laureado en este río y quiere seguir haciendo historia junto al parragués Emilio Llamedo Iglesias, con el que ya bajó en 2019 para finalizar en séptima posición después de un polémico encontronazo con los vencedores de esa edición. Pero Martínez no solo tiene antagonistas en el río, también ha encontrado buenos amigos como Walter Bouzán, al que convenció para que volviera. Parece que le estimula intentar ganar al invencible. Otro incombustible que estará en la salida es el zamorano Emilio Merchán, que suma cuatro triunfos absolutos y que participará con nuevo compañero, Luis Alvarez.
A estas cinco embarcaciones españolas habrá que sumarles otras cinco excelentes tripulaciones extranjeras que buscarán poner fin a 22 años consecutivos de dominio español. La última vez que ganó una piragua extranjera fue en 1997 con Daniel Conrade y Moray Wilson (Sudáfrica). Este año, la escuadra internacional estará liderada por los franceses Quentin Urban y Jeremy Candy, segundos en 2019 y vigentes campeones del mundo y de Europa. Este fin de semana estarán defendiendo su título continental en Dinamarca. Junto a ellos, los hermanos argentinos Dardo y Franco Balboa, cuartos en la última edición y habituales en el Sella. Franco fue segundo en 2017 en la prueba individual.
Por su parte, Hungría ha inscrito a uno de sus grandes palistas, el campeón del mundo en 2015 Adrian Boros, que en su segundo Sella estrena compañero, Ory Zsombor. En 2019 finalizó en quinta posición junto a Krisztián Mathé. Sudáfrica se presenta con otro piragüista mundialmente conocido, Clinton Cook haciendo pareja con una joven promesa patria, Hamish Lovemore, de 22 años de edad. Por último, también merece aparecer en esta relación la K2 titular del equipo nacional de Dinamarca, tripulada por Soren Maretti y Philip Knudsen, este último solo tiene 20 años.
LA K1 SENIOR.- Precisamente, los daneses esperan revalidar su título en la competición individual, en la K1 Senior, donde el gran favorito vuelve a ser Mads Pedersen, vencedor en 2019 y vigente campeón del mundo. Esta es la categoría con mayor número de embarcaciones, un total de 84, entre las que aparece una amplia escuadra española. Entre ellos, el gallego Iván Alonso, que aún no ha saboreado las mieles del triunfo en el Sella, o el cangués Kiko Vega, que ya ganó en cuatro ocasiones. Además, el leonés Guillermo Fidalgo, ganador en 2018, el cangués Luís Amado Pérez, el riosellano Pedro Gutiérrez, el sotobarquense Javi López, el argentino Roberto Geringer, afincado en Ribadesella y el parragués Milín Llamedo, vencedor K2 en 2018 junto a Pedro Vázquez Llenín, que tras ausentarse en el 2019 vuelve en K1 al quedarse sin compañero. Esta temporada pretendía remar con el gallego Brais Sánchez, pero una dolencia cardiaca le apartó de la práctica deportiva. Recientemente se estuvo entrenando con Manolo Busto, pero este declinó la invitación. También se lo propuso al presidente de la RFEP, su paisano Javier Hernanz, pero sus otras obligaciones se lo han impedido.
También estará entretenida la competición K2 femenina, en la que destaca la participación de la leyenda húngara Renata Csay compartiendo embarcación con Zsofia Cellai. Pero también estarán las dos tripulaciones españolas que se llevaron el oro y la plata en las dos últimas ediciones, Eva Barrios–Amaia Osaba y Tania Alvarez–Tania Fernández. Entre las españolas también destacamos a Irati Osa y Arancha Toledo. A tener en cuenta también a las francesas Pauline Freslon y Marie Huguet o las danesas Catherine Rask y Julie Borup. En la K1 Senior femenina destacan dos parraguesas, Celia Remis y Valeria Perea.
Por último, en la canoa, en C1, habrá que seguir soñando con otro triunfo del riosellano Diego Suárez, cuyo principal rival será el gallego Fernando Busto. Y en C2 los grandes favoritos son Tono Campos y Diego Romero.
Este año tampoco faltará una amplia participación de embarcaciones K2 Mixtas. En total, 26 tendrán su meta bajo el puente de Ribadesella y 30 bajo el puente de San Román. A su vez, la categoría SS1 ha registrado un notable crecimiento alcanzando los 31 inscritos en busca de una embarcación de kayak de mar como premio.
La primera gran cita del 84º Descenso Internacional del Sella será el jueves 4 de agosto a las diez de la mañana. Ese día se disputará la contrarreloj que determinará el orden de salida de los Cabezas de Serie. Se repite el mismo recorrido del año pasado, los cuatro kilómetros comprendidos entre los puentes de San Román y Ribadesella. Debido al estado de la marea no estará permitido el paso interior de La Boticaria.
Además, este año se aplicará el reglamento medioambiental. Esto quiere decir que los palistas no deben dejar ningún tipo de basura en el río. Si los jueces contemplan algún comportamiento de este tipo se aplicarán sanciones de 30 segundos.
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