El Ayuntamiento de Ribadesella confía en que Cultura dé celeridad al informe sobre la tala de árboles en la plaza de La Atalaya ante el peligro que entraña la situación actual e insiste en que la decisión municipal se fundamenta “única y exclusivamente” en la seguridad de los ciudadanos.
En la jornada de ayer, 28 de febrero, el Ayuntamiento recibió una notificación de la Consejería de Cultura en la que le requiere remitir “informe acerca de lo proyectado, su motivación y justificación” e instando al Consistorio a que “suspenda cualquier actuación al respecto hasta contar con el informe de esta Consejería”. En la notificación se detalla que se solicita esta información tras recibir una denuncia y haber sido informado el asunto por la Comisión Permanente del Consejo de Patrimonio.
No obstante, el informe elaborado por la empresa adjudicataria del servicio municipal de jardinería, ya se había enviado a la Dirección General de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias, ocho días antes, el 20 de febrero pasado, “sin tener conocimiento de denuncia alguna y dentro del procedimiento normal”. En la comunicación se ponía de manifiesto la intención del Consistorio de cortar seis de los diez árboles de la plaza que se señalan en el informe como de “riesgo alto” de caída. También se especificaba que, de no tener respuesta de Cultura en diez días hábiles y “debido a la urgencia” del asunto, se procedería a la tala de los ejemplares enfermos.
El Ayuntamiento aclara que tanto la plaza como los árboles están fuera del casco antiguo o de la zona ARI (Area de Rehabilitación Integral del Casco Histórico Artístico) e insiste en que su decisión se fundamenta “única y exclusivamente” en la seguridad de los ciudadanos, basándose en el informe de una empresa experta en la materia y de reconocido prestigio en este tipo de estudios.
Aunque el documento “no deja lugar a dudas” del peligro que entraña el estado de la mayoría de los plágamos ubicados en la zona, el Consistorio ha solicitado un segundo informe técnico a una empresa externa sobre la situación de este arbolado para contrastarlo con el emitido por la empresa que presta el servicio municipal.
El Consistorio confía en que Cultura emita sus conclusiones con celeridad, puesto que el riesgo es alto y más en unas fechas en la que se anuncian fuertes rachas de viento. De hecho, el parque de la Atalaya se viene precintando desde que se conoció la situación del arbolado, en cuanto hay alerta de fuertes vientos para minimizar ese riesgo real. También se colocaron carteles prohibiendo subirse a ellos ante posibles responsabilidades.
El alcalde, Paulo García, ha sido claro ante las manifestaciones que cuestionan la tala: “Si alguna de las personas o colectivos que cuestionan esta decisión quiere asumir la responsabilidad de cualquier daño, personal o material, ante la caída de uno de los árboles, que lo diga. El Ayuntamiento no. Lo primero es la seguridad de los vecinos y más en este caso, donde estos árboles rodean un parque infantil”, dijo el alcalde.
El estudio realizado recoge que: “Analizando el estado mecánico general de los árboles seleccionados, sus factores sanitarios, el entorno y las dianas (personas físicas, bien o actividad que eventualmente puede resultar afectado en el caso de caída de un árbol entero o de una parte significativa de este), puede concluirse que muchos de estos árboles presentan riesgos que deben considerarse de cara a un posible accidente. Para minimizar los riesgos es necesario realizar actuaciones en el corto medio plazo que se indican…”.
El mismo documento tilda de “necesaria” la tala de seis árboles. “Se considera necesaria en 6 de los 10 árboles que existen…; la reducción de ramas principales y secundarias, de tres de los 10 restantes; y la revisión periódica de 1 de los 10”, recoge el documento. Un ejemplar de la misma especie cayó el pasado agosto en la zona de la playa y, afortunadamente, no causó daños personales.
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