La prohibición del estacionamiento de vehículos en el riosellano barrio de La Cuesta Vieja ya es efectiva. La noticia la anunciaba el concejal de tráfico la semana pasada y la Policía Local repartía este lunes la correspondiente notificación a cuantos vehículos aparcaron ese día en la mencionada calle. El Ayuntamiento de Ribadesella considera que se trata de “una vía de servicio para los vecinos y residentes que no dispone de estacionamientos” y que la presencia de vehículos en la calle “obstaculiza” el tráfico y el paso de vehículos de emergencia. Por ese motivo, de aquí en adelante la Policía Local sancionará y multará a todas las personas que estacionen en el barrio de La Cuesta Vieja.
La medida, como era de esperar, ha causado las primeras quejas. Entre ellas, las de José María González Varas ‘Chichi’, vecino del barrio desde hace 43 años. A su juicio, “no tiene ni pies ni cabeza” y por ello reclamó un trato diferencial para los únicos tres vecinos que residen, “que pernoctamos todos los días en el barrio”. El motivo es claro, “somos personas mayores, de mas de setenta años de edad, que vivimos en una calle con mas de un 30% de pendiente y que tenemos una cuesta hacia arriba y otra cuesta hacia debajo de nuestros domicilios”, explicó.
Es decir, estos vecinos necesitan estacionar al lado de sus viviendas para poder desarrollar sus quehaceres diarios con normalidad y creen que no molestan a nadie, porque en esta calle “nunca hubo problemas de tráfico ya que en la mayoría de los sitios hay espacio suficiente”, añadió. Recordó que por La Cuesta Vieja han transitado ambulancias, funerarias, taxistas o la furgoneta de transporte que recoge a los usuarios del Centro de Día “y nunca pasó nada porque hubiera coches aparcados en la calle”. Considera que utilizar el ancho de la calzada para prohibir el estacionamiento de vehículos es un “simple pretexto, una postura de fuerza porque eso es mentira”.
En lugar de prohibir el estacionamiento de forma general, este vecino pide que se haga respetar la señal ubicada al inicio de la calle que solo permite el paso a residentes, “porque, aunque solo vivimos tres, aquí suelen estacionar diariamente una docena de coches y en verano mas». Chichi no se opone a que lo sigan haciendo, pero entiende que por no hacer respetar esa prohibición ahora acabarán pagando los residentes.
Cuando Chichi llegó a este barrio, en La Cuesta Vieja vivían 49 familias. Ahora solo quedan tres y con las nuevas condiciones viales que quiere aplicarles el Ayuntamiento “acabarán echándonos a todos al exilio”. También cree que si en el barrio vivieran las mismas familias de antaño “no se atreverían a aplicar esta normativa, pero como quedamos pocos y talludos no tenemos fuerza suficiente para defender nuestra posición”.
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