
A las cero horas de este miércoles entraba en vigor el cierre perimetral de la comunidad autónoma del Principado de Asturias. Desde ese momento nadie puede entrar o salir de la región a no ser que sea por motivos de fuerza mayor o necesidad, como trabajo, estudios, ayuda a personas dependientes o volver a la residencia habitual.
Se trata de una medida que se ampara en la declaración del estado de alarma aprobada por el Gobierno central el pasado domingo que, por el momento, no tiene un horizonte temporal, no tiene fecha de caducidad. Así que, si esta situación se prolonga durante demasiado tiempo puede ser ruinosa para Ribadedeva, municipio que limita con Cantabria.
Según explicó el alcalde de Ribadedeva, Jesús Bordás, en el concejo hay negocios familiares que tienen el 80% de sus clientes en Cantabria. “Dependemos de ellos social e históricamente, pero también económicamente, así que si el cierre perimetral se mantiene durante mucho tiempo puede ser muy gravoso para Ribadedeva”.
El flujo de personas entre ambos territorios es “mutuo”, pero Ribadedeva solo tiene 2.000 habitantes y el occidente de Cantabria aporta mucha mas población. Por ese motivo, la preocupación es total. “Cuando nos cierran las fronteras sufrimos mucho, porque nosotros también compramos en Unquera y viajamos mas a Santander que a Oviedo. Aunque nos sentimos asturianos, lo somos por casualidad”, añadió el regidor.
Jesús Bordás lleva día y medio “sin levantar la cabeza haciendo justificantes” para los vecinos que tienen que viajar a Cantabria por motivos laborales, familiares o sanitarios. No obstante, confía en que la aplicación del cierre perimetral sea un poco “laxa, porque la misma norma deja márgenes a muchas interpretaciones”.