Vecinos, ganaderos y cazadores del concejo de Ribadesella han denunciado los controles indiscriminados de jabalí que la guardería del Principado está llevando a cabo en el refugio regional de La Mediana. Censuran que se estén realizando en esta época del año, en periodo de veda para la caza, cerca de caminos de caminos públicos y durante las horas nocturnas. Según vecinos de L’Alisal los controles comenzaron hace unos quince días, el tiempo que llevan escuchando tiros de rifle durante las noches. La preocupación es general entre las zonas habitadas próximas al refugio de caza, entre ellas el barrio mas populoso de la villa, El Cobayu.
También los cazadores han mostrado su indignación con el Principado por actuar en un espacio que está reservado para preservar las especies. “A nosotros no nos dejan entrar ni con los perros, pero ellos vienen incluso durante la noche a matar de forma indiscriminada hasta hembras que pueden estar paridas”, se quejó José Manuel Rosete. Incluso durante la última verbena de San Juan, evento festivo multitudinario situado a escasos metros de La Mediana, en la misma ría del Sella. “Yo fue testigo directo de esta cacería, porque entré por esos caminos y los vi apostados con armas y con una pickup para recoger las piezas abatidas, se supone”, añadió.
Es mas, según han denunciado vecinos del pueblo de Calabrez, los cadáveres podrían estar arrojándose en un monte próximo a este núcleo rural, “con el consiguiente desprecio a la carne de estos animales, algo amoral e insalubre”, condenó Rosete. Los vecinos de la zona han encontrado los cadáveres de tres jabalíes abatidos entre la maleza. Desconocen cómo llegaron los cuerpos a ese lugar, pero su coincidencia con estos controles poblacionales que se están realizando en La Mediana, les llevan a pensar en una sola conjetura. Pidieron que esa carne se gestione de forma adecuada para entregar a entidades sociales como Cáritas o la Cocina Económica. “Porque cuando nosotros entregamos carne en el asilo de Ribadesella la reciben encantados”, aseguró Rosete.
Los cazadores no se oponen a los controles, pero piden que se hagan siguiendo la normativa de caza. “Lo que no puede ser es que la propia Administración incumpla las normas”, reprobó Miguel Angel Roste. A su juicio, la fórmula mas adecuada para reducir la densidad de esta especie pasa porque los cotos gestionen las zonas de refugio, aumentando los cupos de caza cuando sea necesario y respetando la veda cuando esta llegue. “Pero si dejamos que proliferen en demasían después hay que hacer estas masacres que no son buenas para nadie”, sentenció.
Vecinos, cazadores y también ganaderos se sienten perjudicados por estas cacerías nocturnas autorizadas desde el Principado. Un ganadero de La Mediana ha denunciado ante la Guardia Civil que los disparos han espantando y estresado a sus reses. Teme también por su integridad, porque podrían ser alcanzadas por una bala, podrían caer al río Sella o salir a la carretera y ser atropelladas por cualquier vehículo con el consiguiente trastorno para el conductor.
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