La de ayer fue una noche especial en el Chigre’l Corquieu de Ribadesella. Geles, su propietaria y gerente, se despedía de sus clientes y amigos al alcanzar la feliz edad de la jubilación. Pero la suya no fue una despedida cualquiera, sino un adiós sonado, porque contó con la participación de 27 músicos que quisieron acompañarla para tributarle un merecido homenaje después de tantos años defendiendo la cultura asturiana desde este pequeño rincón ubicado en el puerto riosellano. Un lugar en el que siempre se ha apostado por la música en directo.
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