El Ayuntamiento de Ribadesella revisará la actual ordenanza de terrazas en cuanto finalice el verano. Así lo anunció el alcalde, el socialista Ramón Canal, tras reconocer en el último pleno que la ambigüedad de algunos artículos del nuevo reglamento había dado pie a una diversidad de estructuras contrarias a la filosofía con la que fue concebido. Según desveló, una de ellas está pendiente de la revisión por parte de Patrimonio del Principado.
Así que, cuando en el mes de octubre finalicen las licencias en vigor, Canal quiere reunirse de nuevo con el sector para “corregir errores” y lograr mayor homogeneidad en la tipología de los cenadores que se han instalado a lo largo de la villa. El Ayuntamiento buscaba paridad de materiales y colores. De momento predominan las estructuras metálicas, aunque también se pueden ver de madera y de muy diferentes tamaños. Según el teniente alcalde, Luís Fuentes, “toda ordenanza es susceptible de mejora y en este caso parece se amarró bien cómo deben hacerse, así que habrá que pulir esos flecos”.
Esa revisión de la ordenanza anunciada por el alcalde podría tocar otros aspectos. Entre ellos el de las tasas. El regidor no descarta establecer dos tarifas diferentes en función del uso que se le de a las mesas. El objetivo pasa por evitar que todas se llenen de platos y manteles, facilitando su uso para el consumo de cualquier tipo de bebida.
A su vez, Ayuntamiento y Cogersa están buscando una ubicación diferente para los contenedores subterráneos de la plaza de La Atalaya. Tras la aplicación del Itinerario Peatonal Accesible (IPA) se han convertido en un estorbo para la terraza reubicada en sus inmediaciones. Según el concejal de obras y servicios, José Luís Díaz Bermúdez, la actuación no solo requerirá de una importante inversión sino que, además, “tampoco resulta fácil encontrar otro lugar para los contenedores de reciclado”.
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