Los trabajos de investigación dirigidos por el paleontólogo avilesino Diego Alvarez Lao en la cueva cuaternaria de La Rexidora, en Cuerres (Ribadesella), continúan aportando datos sobre la fauna que habitó este territorio durante la última etapa del Pleistoceno Superior, en plena glaciación. Lo más destacado y sorprendente de la campaña de excavaciones llevada a cabo en junio de 2017 veía la luz recientemente y lo hacía en forma de esqueleto, la osamenta completa de una hiena de las cavernas. Un puzle que Alvarez Lao y su equipo pudieron completar después de seis años de trabajo y excavaciones esporádicas.
Estamos hablando de la única hiena hasta ahora localizada en la sima de La Rexidora, un único individuo que, según los investigadores, entró en la cueva posiblemente atraída por el olor de otros animales en descomposición pero que luego no pudo salir. Allí se quedó atrapada, sobreviviendo durante algún tiempo alimentándose con los restos de otros animales que allí habían caído. De hecho, algunos de los huesos localizados presentan mordiscos de hiena y también se han encontrado con coprolitos, heces fosilizadas de la hiena, que demuestran que allí vivió un tiempo hasta fallecer en posición recostada como “un perro durmiendo”. Es decir, su muerte no fue accidental como la del resto de animales encontrados en la sima.
De momento, el esqueleto de la hiena riosellana, con 37.600 años de antigüedad, continúa en estudio en los laboratorios de la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo, donde Diego Alvarez Lao es profesor de paleontología. En ese trabajo de investigación trabaja junto a sus dos principales colaboradores, Adrián Álvarez y Noelia Sánchez, sus dos alumnos deDoctorado. En cuanto finalicen ese estudio, el esqueleto se entregará al Museo Arqueológico de Asturias para que previsiblemente sea expuesto.
Lo mismo ocurrirá con el resto de piezas localizadas en La Rexidora, entre las que también destaca un cráneo parcial de rinoceronte, dos cráneos bastante completos de bisonte y numerosos huesos de extremidades, todos de gran porte. Piezas que, según Alvarez Lao, “merecerían una exposición monográfica, aunque fuera temporal porque el yacimiento se lo merece”. La colección completa de La Rexidora supera a día de hoy los 800 huesos fosilizados la mayor parte de ellos de una “entidad notable”.
La semana pasada daban por concluida una segunda campaña de excavaciones en la que lograron extraer más de 300 nuevos restos fosilizados, “muy bien conservados y de gran entidad”. En la mayor parte de los casos corresponden a huesos completos de animales grandes, manteniendo el mismo “repertorio de especies” dominantes: bisontes, rinocerontes lanudos, ciervos y renos.
En esta ocasión contaron con la estrecha colaboración de Pedro García, propietario de la finca La Rexidora y propietario del restaurante La Cerezal de Collera a quien Alvarez Lao le está muy agradecido, “porque desde el primer día se ha implicado, nos ha ofrecido todo su apoyo y se ha convertido en pieza fundamental de este trabajo”. Además, también contaron con colaboraciones esporádicas de geólogos y espeleólogos que se acercaron a Cuerres para echar una mano durante alguno de los días de excavación. También contaron con la ayuda de Iyana, una alumna de último curso de carrera que les ayudó en tareas de laboratorio. Si el tiempo y el presupuesto lo permite, el año que viene volverán a La Rexidora. La campaña de este año, a falta de ayudas oficiales, fue autofinanciada con los límites que ello supone.
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