El próximo sábado, en el Museo Etnográfico del Oriente de Asturias, en Porrúa, comienzan las V Jornadas de Patrimonio que promueve la Fundación del MEOA. Se desarrollarán durante los dos próximos sábados, los días 28 de octubre y 4 de noviembre con un contenido que girará en torno a una familia del concejo de Llanes, la familia Sordo Pandal, la que en 1993 legó al pueblo de Porrúa la finca de El Llacín y sus casas. Un lugar donde, “gracias a la ilusión, el esfuerzo y la visión de futuro de esta comunidad vecinal” se acabó creando el MEOA.
La encargada de repasar la vida de la familia Sordo Pandal será la antropóloga riosellana Yolanda Cerra, patrona de la Fundación y presidenta de la Asociación Asturiana d’Antropoloxía y Patrimoniu Etnolóxicu (ASAPE), colectivo que forma parte de la organización. En esa primera jornada también se contará con la participación del actual presidente, José Luis Villaverde y otros que le precedieron en el cargo como Julio Tamés y Germán Romano. La relación de ponentes y contertulios del sábado 28 se completa con Higinio del Río, Emilio Tereñes, Nieves González y Cristina Cantero, directora técnica del MEOA.
Según Cantero, “sin la comunidad vecinal de Porrúa el museo no existiría”, porque con el tiempo y el paso de los años sus vecinos fueron aportando de todo, “colección museográfica con la donación de piezas, muchas ideas y sobre todo soporte emocional”, afirmó. Pero el origen de este espacio museístico estuvo en Teresa Sordo Sordo, la persona que decidió legar la finca a la comunidad vecinal de Porrúa. Por ese motivo, el jueves 4 de noviembre, se inaugurará un camino con su nombre, “el camino que cruza la finca del Llacin y nos dirige al museo, allí se descubrirá una placa con su nombre”, añadió Cristina Cantero.
La familia Sordo Pandal está constituida por una saga de emigrantes. El primero que cruzó el charco rumbo a La Habana (Cuba) fue Manuel Sordo Haces. “Venía y volvía, pasando largas temporadas en la isla, hasta que regresó y se quedó en Asturias, pero todas sus hijas e hijos emigraron a México, quedando la casa familiar vacía”, explicó Cantero. De hecho, su nieta Teresa Sordo nació en Porrúa pero toda su vida se desarrolló el el país azteca.
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