Las cuevas prehistóricas visitables que están ubicadas en el Macizo de Ardines de Ribadesella continúan con alta ocupación en estas primeras fechas de otoño. Tanto Tito Bustillo como La Cuevona de Ardines no paran de recibir turistas. Las dos lo hacen con unas instalaciones totalmente remozadas, ya que la Consejería de Cultura ha dado por concluidas las obras de rehabilitación llevadas a cabo durante el verano en el edificio que da acceso a ambas cavernas.
Tras las demoliciones realizadas, el inmueble ha recuperado esplendor y ha ganado luminosidad. Los trabajos también han servido para acabar con las filtraciones y humedades, acondicionando tanto los espacios de uso público como las estancias a servicio del personal. También se han sustituido el portón de la entrada principal -ya no es acristalado-, la verja de acceso a la caverna paleolítica Patrimonio de la Humanidad y la barandilla de la pasarela situada sobre el río San Miguel. El edificio se ha actualizado, se ha modernizado y ha ganado visibilidad. Las placas que recuerdan a Aurelio Capín y a los descubridores de Tito Bustillo también se han cambiado de ubicación.
Ahora solo falta demoler la antigua Aula Didáctica, muy deteriorada. Quienes por allí transitan a diario aseguran que es un auténtico peligro, debido a los continuos desprendimientos que se producen en cornisas y paredes. Esta actuación se ejecutará en una segunda fase. Según desveló en una de sus últimas visitas el Director General de Cultura y Patrimonio, Pablo León, primero quieren saber si es reutilizable. Si no lo es, será demolido.
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