La aparición de carabelas portuguesas en las playas asturianas se ha convertido en una de las noticias de este verano 2023. Hasta la fecha, el CEPESMA solo ha registrado 37 casos, y su responsable, Luis Laria, lo sitúa como algo normal. «No hay motivo de alarma, porque todos los años vienen entre mayo y octubre, tanto debido a las corrientes como a la subida de la temperatura del agua». Entre las registradas, se encuentran dos en la riosellana playa de Vega.
Destacó que la carabela portuguesa no es una medusa, «sino un organismo compuesto por tres pólipos simbióticos y con funciones diferentes». La zona mas visible, el que tiene forma de globo es el que se encarga de la flotación y la locomoción. «Pero al tener irisaciones, esos colores llamativos, llaman la atención de los niños y hay que tener mucho cuidado», explicó.
En caso de mantener contacto con este tipo de organismos nunca se debe utilizar agua dulce. «Solo agua de mar y si es posible un poco caliente», afirmó. También se puede combatir con bicarbonato, antiestamínicos o corticoides, «eliminando siempre los restos de tentáculos que puedan dejarnos en la piel. Lo mejor es no tocarlas ya que sus tentáculos venenosos causan un fuerte dolor y escozor. Siempre vienen solas, siempre están aisladas, nunca en colonias como las medusas y son muy fáciles de conocer.
En la foto, uno de los dos ejemplares de carabela portuguesa localizada en la playa de Vega en el día de ayer
