Después del incendio registrado en Las Pandas-Cubera el pasado fin de semana, el que estuvo muy cerca de entrar en el Polígono de Guadamía, esta mañana regresaban las llamas al concejo de Ribadesella. A primeras horas saltaban las alarmas en el monte Picachín, entre los pueblos de Calabrez y Sardéu, una zona de caliza y matorral que se fue extinguiendo con el paso de las horas. “Es una parte del monte Moru que solo tiene árgumas y cotolla, carece de arboleda”, destacó Angel Somoano, vecino de Sardéu y miembro de la Asociación de Vecinos de la Zona Rural de Ribadesella.
Este vecino lamentó los incendios acontecidos en las últimas jornadas en el concejo porque solo sirven para “desviar el problema hacia el desastre natural que originan, sin hablar del verdadero problema que es la despoblación del medio rural ya que los paisanos y los animales que mantenían esos montes limpios desaparecieron y nadie sustituye esa función”.
Somoano desconoce el origen de estas quemas. “Por mi parte sería muy atrevido decir si fue el hombre, el cristal o un rayo, pero lo que está claro es que no se puede gestionar con prohibiciones. Hay que afrontar el problema con quemas controladas e invertir en el monte si es necesario, porque el problema es de todos”, añadió.
FOTOGRAFÍA Se corresponde con la zona pero a otro incendio ocurrido en 2013. Esta vez no intervino el helicóptero
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