
Los proyectos para la implantación de acumuladores de energía procedente de fuentes renovables, también conocidos como parques de baterías, siguen preocupando e inquietando a los habitantes de los núcleos rurales de población donde pretenden instalarse. Es el caso del riosellano pueblo de Collera, cuyo alcalde de barrio ha convocado una asamblea vecinal para el próximo domingo. “Estamos preocupados, aunque creemos que todos los partidos políticos del concejo están alineados para evitar algo que no tiene mucho sentido. La cuestión es que no haya resquicios que permitan instalarlo en un lugar tan emblemático como el Quérabu”, afirmó Ignacio Bosch.
En Collera están convencidos de que la instalación no seguirá adelante, pero para tener bien atada su creencia se van a reunir para consensuar las alegaciones al proyecto. Disponen de un mes para hacerlo y el borrador está preparado para presentarlo en la asamblea del domingo. “Si los asistentes deciden hacer una alegación en conjunto, yo lo haré como alcalde con la firma de los vecinos que así lo entiendan”, añadió Bosch.
Además, se sienten totalmente respaldados por el Ayuntamiento de Ribadesella. El alcalde Paulo García les ha confirmado su “más rotunda” negativa a los parques de baterías en la zona rural y en la misma dirección se han pronunciado otros representantes políticos del Consistorio como Ricardo Cangas, portavoz de Pueblu, “que nos ha llamado para darnos su apoyo y prestarnos la cobertura que necesitamos”.
El anuncio de este parque de acumuladores energéticos ha coincidido en el tiempo con otro a ubicar en la parroquia parraguesa de La Güera Deu. En ambos casos son empresas valencianas con el mismo administrador único, pero diferente nombre. Empresas creadas en 2023 con un capital social de 3.000 euros y con la intención de invertir alrededor de 3 millones de euros en cada parque.
AUTOCARAVANAS.- En la misma asamblea del domingo en Collera, a la que asistirá Paulo García, también se hablará del estacionamiento de autocaravanas y espacios de acampada en las áreas recreativas de La Rozada y Acantilados del Infierno (foto). “Queremos saber cómo se va a enfocar de cara a la próxima temporada turística porque estas prácticas han generado problemas con los vecinos y queremos que se regule”, afirmó el alcalde de barrio.
En la actualidad, el acceso a los Acantilados del Infierno sigue en obras a la altura de Espina, donde Adif continúa trabajando en la supresión del paso a nivel allí ubicado mediante la construcción de un paso inferior por debajo de la vía férrea. Después de un año de paralización, la actuación se retomó el pasado verano, pero sigue acumulando problemas y retrasos. Los vecinos confían en que puedan concluirse pronto, “aunque comprendemos la complejidad de las obras”, añadió Ignacio Bosch.

Mapa-Satélite de la zona de Espina con las obras de supresión del paso a nivel y los caminos que se dirigen a la playa de Arra y los Acantilados del Infierno
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