
La nieve caída en las últimas horas ha vuelto a cerrar la carretera de Los Lagos, la CO-4 de Cangas de Onís, cerrada al tráfico rodado de vehículos desde la 11:30 horas de este martes. Además, a esta hora, también es necesario el uso de cadenas para circular por otras dos carreteras de la comarca, la AS-114 en Sotres (Cabrales) y el límite con Cantabria, dirección Tresviso y la PO-2 en el alto de les Bedules, entre Beleño y San Ignacio, en el concejo de Ponga.
Ese Ayuntamiento de Ponga abría en la jornada de ayer la carretera de acceso a Viboli tras la retirada de los dos aludes que la mantenían cortada desde el pasado viernes. Según la alcaldesa, Marta Alonso, no se actuó antes por motivos de seguridad y prevención, utilizando el protocolo habitual ante este tipo de eventos meteorológicos. “Se nos pasó aviso el viernes, pero como los aludes podían seguir cayendo durante el fin de semana, con arrastre de piedras incluidos, por seguridad del palista dimos el aviso para intervenir el lunes a primera hora”, explicó la regidora. Así se hizo, despejando la carretera de nieve y retirando las piedras que el maquinista se encontró por el camino.
Con anterioridad, los Servicios Sociales del Ayuntamiento ya habían planificado la atención de los tres vecinos que residen en ese pequeño pueblo beyusco. Además, uno de ellos, necesitaba tener la carretera abierta este martes para el saneamiento de su cabaña ganadera. En las últimas horas ha vuelto a nevar, pero según Marta Alonso solo ha dejado una “capa bastante fina” en algunos pueblos.
También censuró a quienes por “afán de protagonismo, por un minuto de gloria” en los medios de comunicación, se dedican a denunciar hechos y situaciones como la de Viboli, cuya solución ya estaba prevista, programada y planificada. “Se nota que hay periodos electorales cercanos y que algunos tienen interés en pillar cacho o conseguir algún tipo de reparto en el pastel”, censuró Marta Alonso.
En el caso de Casielles, que no tiene riesgo de aludes, también reciben aporte de sal por parte del Ayuntamiento para que hagan uso de la misma en aquellos lugares de la carretera donde consideran oportuno. Pero en el caso de Viboli, donde los aludes son frecuentes, “hay que esperar a que todo lo que tenga que caer caiga” para poder actuar con seguridad y evitar riesgo para las personas que estén trabajando en la carretera. Y si la incomunicación de alguno de estos pueblos se alargase en el tiempo también se suele utilizar el apoyo del GREIM de la Guardia Civil para cubrir las necesidades de víveres o medicación necesaria.
FOTO Diego Suárez (SCD Ribadesella)
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