
Revisada la aprobación inicial del Plan General de Ordenación del concejo de Llanes en lo que respecta al sector primario, la asociación de ganaderos y agricultores del concejo, GANAGRI, considera que ese documento es «indigno, irracional, insostenible al no estar consensuado con el sector».
Mientras el plan autoriza cambios de uso en las erías de los pueblos para usos residenciales, hosteleros y hoteleros, se prohíbe la construcción de nuevas naves ganaderas.
GANAGRI entiende que, de esta manera, «se pretende la urbanización de estas áreas a proteger por ser declaradas de interés, un auténtico sinsentido y que pone en peligro a la supervivencia del sector formado por 500 familias de ganaderos en este concejo».
Además, según el colectivo, esos cambios de uso no prevén una evaluación ambiental como indica la ley de evaluación ambiental, «pero obligan al ganadero hacer un estudio paisajístico, algo novedoso y sobre todo subjetivo para el equipo de urbanismo local generando inseguridad jurídica hacia su trabajo».
La asociación considera que las actividades terciarias deberían ceñirse a las zonas urbanas o a los núcleos rurales para evitar que no provoquen restricciones hacia la actividad ganadera por distancias, olores, ruidos etc desarrollada en las áreas propias de los suelos no urbanizables de interés. De lo contrario, «abocan hacia la desaparición forzosa de la actividad ganadera».
GANAGRI recuerda que en la anterior aprobación inicial fallida ya había realizado una alegación en este sentido y «después de decirnos hace tres años que se tendrían en cuenta, vemos que el resultado es aún más agresivo y perjudicial hacia el sector ganadero».
Redacciones como que la superficie máxima para una nueva nave ganadera tiene que ser de 300 m cuadrados y de una planta cuando, ninguna de las realizadas en los últimos diez años es inferior a los 500 m e incluso son superiores a los 1000, «denotan una falta de conocimiento total del sector primario del concejo de Llanes».
Sin embargo, el PGO permite construcciones residenciales en los suelos de interés de esta misma superficie con la diferencia que pueden tener dos plantas y bajocubierta. «Es curioso que hace poco tiempo se querellaban una constructora con este Ayuntamiento por querer reducirles esta misma capacidad edificatoria en el suelo urbano de la capital del concejo. Denotan estos actos una falta absoluta de sentido común y sobre todo de respeto hacia nuestra actividad que es la que conserva el paisaje y genera alimentos para toda la población».
«Que sigan exigiendo una separación de 500 metros para explotaciones de leche cuando estas como no mejoren su rentabilidad tienen una fecha de cierre inferior a diez años, demuestra que no les interesa el sector ganadero ni la industria agroalimentaria quesera del concejo», añadió GANAGRI en sus alegaciones.
Cuando incluso dicen que los nuevos huertos familiares tienen que respetar los 5.000 m cuadrados «no se entiende lo que quieren decir, como si para hacer un huerto de autoconsumo fuera necesaria esa superficie». Por eso, el colectivo afirma que el plan «atenta contra las libertades individuales como si se quisiera limitar el ocio y disfrute de un huerto familiar de los vecinos de Llanes».
Lamentan que el plan solo permita los usos ganaderos dentro del pueblo rural si son para consumo familiar «como si las explotaciones de leche y de carne dentro de los núcleos rurales existentes de toda la vida se tengan que marchar dejando al pueblo sin tractores sin paisanos sin vida, sólo con los turistas que cada verano vienen a un pueblo muerto y urbano».
«Incluso prohíben la tala de especies autóctonas como si no se pudiera limpiar una sebe de avellanos o vender un bosque para madera o para leñas». GANAGRI cree que el PGOLL «quiere imponer un modelo distinto de vida en el concejo, limitando a seis años el plazo para construir, cuando el ayuntamiento tarda dos años en emitir la licencia». Cree que así se abrirán las puertas a las grandes empresas de construcción «para satisfacer la obligación del deber de construir que dice en el artículo 212 relativo a los núcleos rurales».
También se oponen al campo de tiro que se plantea en una zona de pastos que utilizan mas de 100 ganaderos y unos 5000 animales «para generarles estampidas, despeñamientos y abortos».
«La verdad que no vemos el sentido en esta eterna tramitación del plan general de Llanes que lleva este gobierno con lo publicado hasta ahora y que será necesario consensuar con los ciudadanos en general y con el sector ganadero en particular», añade GANAGRI en el comunicado en el que concretan sus alegaciones.