Como era de esperar y no podía ser de otra forma, ya que llevan remando juntos toda la temporada, la 84ª edición del Descenso Internacional del Sella contará en la línea de salida con los últimos vencedores, la K2 astur-leonesa tripulada por José Julián Becerro y Miguel Fernández Castañón. Entre sus rivales estarán quienes hace unas semanas les ganaron en la Copa España de Maratón disputada en Mequinenza (Zaragoza). Nos referimos a la K2 de la SCD Ribadesella integrada por Miguel Llorens y Alberto Plaza. Las dos embarcaciones representarán a España en el Europeo de Maratón una semana antes del Sella y en Dinamarca volverán a medir sus fuerzas.
Ahora bien, a falta de dos días para que se cierre el plazo de inscripciones -este domingo 24 de julio- falta por determinar qué otras K2 estarán en la lucha del Sella 2022. Los rumores siguen presentes a pie de río. Cabe la posibilidad de que los invencibles Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza vuelvan a competir después de sus ocho triunfos consecutivos entre 2010 y 2017. Al menos, esta histórica K2 astur-galaica ha vuelto a los entrenamientos. Su regreso dependerá del coco del riosellano.
También está pendiente de definir la participación del parragués Milín Llamedo, vencedor absoluto en 2018 junto a su paisano Pedro Vázquez. El compañero que tenía previsto para este año se ha bajado de la piragua por motivos físicos y Milín podría intentarlo en K1, aunque también existen rumores a pie de río sobre su posible participación en K2 junto a otro histórico del Sella. Su primo, el bombero Emilio Llamedo volverá a repetir haciendo pareja con el Rey del Sella, el cántabro Julio Martínez.
Lo que está claro es que el próximo sábado 6 de agosto la Fiesta de les Piragües volverá en todo su esplendor y en la salida de Arriondas no faltarán los vencedores de la última edición, la primera K2 que cruzó la meta de Ribadesella en 2019. Becerro y Castañón firmaron ese año una fantástica remontada. La salida pudo acabar con sus opciones de victoria ya que el leonés resbaló al intentar montarse en la piragua, lo que provocó que cedieran mucho terreno con respecto a la cabeza, pero poco a poco fueron remontando hasta dar caza a las primeras embarcaciones y acabar escapándose para llegar triunfantes al puente de Ribadesella.
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