Mañana jueves se reúne la comisión informativa de hacienda del Ayuntamiento de Ribadesella para avanzar en la redacción del Presupuesto Municipal de 2020 con el objetivo de aprobarlo lo antes posible. Todo apunta a que será con el voto unánime de los cinco grupos políticos que forman parte de la corporación municipal. Al menos, así se desprende de la junta de portavoces celebrada esta semana.
El de 2020 será un presupuesto “excepcional”, ya que tendrá que adaptarse a la crítica situación económica generada por el coronavirus. Según Ricardo Cangas (Pueblu), será un “presupuesto de mínimos” en el que habrá una parte intocable, la de los “gastos imprescindibles” para el funcionamiento municipal y otra totalmente “ágil y flexible” que aglutinaría el resto del dinero. Esta “imprescindible” bolsa de contingencia permitirá destinar a situaciones de emergencia todas aquellas partidas que no se puedan desarrollar por las limitaciones impuestas por la pandemia sanitaria.
María José Bode (Foro) considera que los nuevos presupuestos deben priorizar la “ayuda a los empresarios y comerciantes del concejo que se encuentren en dificultades, siempre en la medida de nuestras posibilidades y dejando fuera todo aquello que al final no se pueda ejecutar”. De todas formas, descarta aplicar en Ribadesella la iniciativa de su grupo parlamentario, la de establecer bonificaciones del 90% en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
Bode cree que para aplicar una bonificación de ese tipo hay que tener en cuenta la liquidez de cada ayuntamiento. “De todas formas, Ribadesella lo ha bajado en dos ocasiones y al final quien mas se resiente son las arcas municipales, porque al contribuyente solo le supone una pequeña bajada en el recibo”, explicó. La concejala de Foro es partidaria de “ayudas directas” en lugar de aplicar bonificaciones de ese tipo, porque para invertir y funcionar el Ayuntamiento debe recaudar. Sobre este tema, Cangas apuntó que también se pueden “facilitar las cosas para que el contribuyente pueda hacer frente a sus impuestos con comodidad”. Por eso se acordó buscar una fórmula que lo permita.
Otra opción que también está sobre la mesa pasa por utilizar el remanente de tesorería, aunque Ribadesella no podrá hacer uso del 20% correspondiente al superávit de 2019, porque ese ejercicio se ha cerrado en negativo. “Fue un año atípico, con unas elecciones de por medio, con dos corporaciones, con mucho gasto en la primera parte del año y con una segunda en la que se tiró de lo que no había, así que finalizamos el año con déficit”, aclaró Ricardo Cangas. Aún así, Pueblu apuesta por tirar del remanente acumulado y “gastar todo lo que nos dejen gastar, porque ya se sabe que esa es una caja con siete candados”.
Bode aún no sabe si el Ayuntamiento podrá echar mano de ese dinero, pero cree que “debe utilizar todos los recursos disponibles sin poner en peligro la estabilidad económica del Ayuntamiento». Así que, «si se puede tirar del remanente, que se tire”. Su objetivo y prioridad pasa porque los riosellanos “puedan sobrevivir” a la crisis del coronavirus. Para ello habrá que fortalecer y reflotar el sector turístico, el tejido empresarial y comercial del concejo, “en cuanto se pueda y con las limitaciones que nos vayan imponiendo” además de ayudar a la gente con dificultades, «aquellas que lo necesiten», añadió Cangas, «para que el impacto de la pandemia sea lo menor posible».
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