El Ayuntamiento de Ribadesella implantará el contenedor marrón en su sistema municipal de recogida selectiva de residuos, para reciclar también la materia orgánica. Eso sí, lo hará utilizando contenedores de apertura con tarjeta magnética. La primera fase de este proyecto, presupuestada en 43.341 euros, contará con una subvención del Principado de 39.000 euros a través del Plan de Recuperación y Resiliencia.
De este modo, a lo largo de las próximas semanas se van a instalar 27 contenedores marrones de 360 litros de capacidad en las calles de la villa que se unirán a las baterías de reciclado ya existentes con los tradicionales contendores amarillos, verdes y azules. Sin embargo, los marrones van a contar con la mencionada particularidad. Siempre estarán herméticamente cerrados “para no dar olores” y solo se podrán abrir con el uso de la correspondiente tarjeta electrónica.
“Así que aquellas familias y negocios de comercio u hostelería que deseen adherirse a la campaña tendrán que solicitar esa tarjeta en el Ayuntamiento. Se dará una por negocio o domicilio”, apuntó el alcalde, Ramón Canal. Posteriormente cada usuario tendrá que depositar los residuos orgánicos, fundamentalmente sobrantes de comida, aquellos que se degradan con rapidez, en una bolsa para ser depositados en el contenedor marrón.
Los nuevos contenedores para biorresiduos se vaciarán tres veces a la semana en temporada baja y cuatro veces durante el verano. En Ribadesella no se van a repartir pequeños contenedores a domicilio como se ha hecho en otros municipios y si el nuevo sistema “funciona bien lo ampliaremos al resto del concejo con uno o dos en cada pueblo”, añadió el alcalde.
BIOTRITURADORA.- En el mismo proyecto presentado por el Ayuntamiento de Ribadesella ha quedado incluida la incorporación de una biotrituradora para que el servicio municipal de jardinería pueda transformar en compost todos los restos vegetales procedentes de las podas que se realizan a lo largo del año en el concejo. La trituradora quedará ubicada en la nave del servicio y allí se irá almacenando el compost para los vecinos que quieran utilizarlo.
Antes de la implantación de ambos sistemas se realizará una campaña de información para que los vecinos que lo deseen puedan adherirse a ellos. La idea es que puedan estar operativos en “breves días”, cobre todo en cuanto llegue el nuevo material y se decida los lugares exactos donde ubicar los 27 contenedores marrones.
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