La explanada de la Basílica de Covadonga acogió en la jornada de ayer la bendición de un buen número de vehículos clásicos. Un nutrido grupo de miembros e integrantes de la Asociación de Amigos del 600 y sus derivados se acercaron al Real Sitio para bendecir sus clásicos automóviles, tarea que corrió a cargo del Abad de Covadonga, Adolfo Mariño. A la cita no solo acudieron Seat 600, sino también otros modelos antiguos.
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