Varios arqueólogos de la Universidad de Cantabria descubrieron en fechas muy recientes, en la zona de El Toral, perteneciente a San Roque del Acebal (Llanes), restos humanos de nueve antiguos pobladores cuya existencia se ha hecho pública esta semana después de realizar los estudios oportunos. Estos arqueólogos conservan el cráneo de uno de esos hombres, el de mayor antigüedad, que vivió hace 7.700 años, en la época denominada Mesolítico. Hasta el pasado mes de marzo creían que se trataba de una mujer, pero los análisis genéticos determinaron que es un varón. A partir de ahí se pensó en ponerle cara nombre al hombre del Toral.
Para ello, los servicios sociales del Ayuntamiento de Llanes y las asociaciones El Patiu y El Perru de San Roque, a través del programa de conciliación familiar, organizaron diferentes actividades dirigidas a los menores relacionadas con este descubrimiento arqueológico. Lo primero fue ponerle nombre. Se optó por llamarlo Toralín, el hombre conocido de mayor antigüedad que vivió en el ámbito de San Roque del Acebal.
A continuación se procedió a definir la recreación de su rostro a partir del cráneo mencionado. De ello se encargó el pintor llanisco Raúl Prieto Rodríguez, que regenta la academia de arte Area 51. Su obra servirá para dar a conocer la vida y costumbres del hombre primitivo en el concejo de Llanes empezando por los alumnos de la escuela local, que ya han tenido noticia del mismo y han visitado una de las cuevas prehistóricas del concejo.
No obstante, la reconstrucción del rostro de Toralín no ha sido demasiado difícil, pues su cráneo se conserva casi íntegro, a pesar de sus 7.700 años de antigüedad. A través del análisis de los restos óseos se sabe que vivió entre 41 y 50 años. Además, los restos de los otros pobladores de El Toral, junto a los datos ya conocidos sobre la vida y costumbres en la época del Mesolítico “nos acercan a una descripción muy aproximada de su semblante, siendo una característica común, por ejemplo, el color azul de sus ojos”, explican los arqueólogos.
Según los arqueólogos, en el Mesolítico la distancia entre la costa y El Toral superaba en 5 km a la actual, y el nivel del mar se encontraba unos 50 metros por debajo del existente en la actualidad. Pese a ello, los hombres y mujeres de El Toral se alimentaban de moluscos marinos, especialmente lapas y bígaros, como acreditan la gran cantidad de conchas existentes en la cueva. Los hombres y las mujeres cazaban animales terrestres, como ciervos y jabalíes, de mucho mayor tamaño que los actuales. Las numerosas perforaciones de conchas y colmillos de ciervo acreditan, por otra parte, su uso como adorno personal, en forma de abalorios.
Conocida la edad aproximada de Toralín, los huesos y oquedades de su rostro y el color de sus ojos, así como sus aficiones decorativas, el pintor Raúl Prieto completó su semblante en un óleo, colocando una diadema de conchas en su frente y unos colmillos en una de sus orejas. El resultado fue presentado este miércoles en la Casa Concejo de San Roque del Acebal con la presencia de la concejala Priscila Alonso.