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Ribadesella pide proteger de los intrusos la cavidad donde se localizaron los dos cascos de la Edad del Hierro

Cultura Ribadesella Sociedad

El último descubrimiento arqueológico localizado en el concejo de Ribadesella viene a acentuar la relevancia internacional de este pequeño territorio en el ámbito prehistórico. En Ribadesella se han encontrado importantes restos del Ordovícico (Túnel del Fabar), del Jurásico (Costa de los Dinosaurios), de la Edad del Hielo (Cueva La Rexidora), del Paleolítico (Cueva Tito Bustillo) y ahora también de la Edad del Hierro (Picu Las Torres). A este último pertenecen las dos piezas presentadas esta semana en el Museo Arqueológico de Asturias, dos cascos del siglo VII a.C. que son únicos en el repertorio del armamento prehistórico y “nos permiten poner un poco mas a Ribadesella a nivel mundial ya que solo se ha encontrado algo parecido en Suecia”, afirmó el teniente alcalde Luís Fuentes.

            El concejal de Ciudadanos fue el único representante del Ayuntamiento de Ribadesella en esa importante puesta de largo. Su coincidencia con las obligaciones propias de la Semana de los Mayores impidió la asistencia de mas mandatarios locales. Según la información que pudo recabar en el acto, las excavaciones en la cavidad han quedado paralizadas para centrarse en el estudio de las piezas extraídas. Sobre todo, las piezas cerámicas que está estudiando el Laboratorio de Arqueometría Antonio Arribas Palau del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granda. Unos estudios que podrían “aportar luz” sobre la forma de vida de aquellas gentes.

            Luis Fuentes se declaró “orgulloso” de pertenecer a un municipio rebosante de historia y por ello pidió la protección de la cavidad donde fueron encontrados estos últimos restos para evitar el expolio de los intrusos. “De momento está tapada y oculta por la maleza y los árboles, aunque debería preservarse tal y como está para que los espeleólogos puedan hacer incursiones bajo el correspondiente seguimiento arqueológico que nos permita conocer mas datos sobre la forma en la que vivían nuestros antepasados y si estos restos formaban parte de la fortificación que supuestamente hubo en esa zona o se trata de un poblado castreño”, añadió. El hallazgo tuvo lugar el 25 de diciembre de 2020 y en el Ayuntamiento algo sabían al respecto, “pero nunca nos imaginamos que fuera tan importante”.

            Entre tanto, las investigaciones siguen en marcha para, entre otras cosas, conocer el tipo de adorno que utilizaron en los soportes simétricos de cada casco. “A través de las partículas que hallan quedada adheridas a ellos se sabrá si se utilizaron cuernos o madera como ornamento”, añadió Fuentes. El metal de las dos piezas se analizó en el Laboratorio de Arqueometría del Centro Superior de Investigaciones Científicas en el marco del proyecto LOKI en el que colabora el Museo Raqueológico de Asturias. Los restos óseos localizados en la misma cavidad están siendo estudiados por varias especialistas en técnicas forenses de las universidades de Oviedo y Santiago de Compostela.

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