El consejero de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, se ha comprometido esta mañana a completar en esta legislatura la colocación de las 188 ‘piedras de la memoria’ del proyecto Stolperstein (piedras que hacen tropezar) en homenaje y recuerdo a los asturianos que fueron deportados a campos de concentración nazis.
Zapico ha hecho este anuncio en Cabrales durante su intervención en el acto de colocación de uno de estos adoquines en recuerdo a Hilario Álvarez Moradiellos, vecino de Arenas asesinado en el campo de Mauthausen-Güsen.
En el acto han participado familiares del homenajeado y miembros del colectivo Deportados Asturianos, además de la directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado.
El consejero ha recordado que Hilario fue una doble víctima del fascismo, ya que tuvo que huir a Francia tras la Guerra Civil española por ser republicano, y una vez en el país vecino, fue apresado y deportado al campo austriaco de Mauthausen-Güsen, donde fue asesinado en la Nochebuena de 1941.
Zapico ha subrayado que las administraciones públicas tienen la obligación de “saldar una deuda histórica” con las víctimas, “tanto de la Guerra Civil como de la barbarie nazi”, y con sus familias.
Así, ha reiterado el compromiso del Gobierno del Principado “con la búsqueda de la verdad, de la justicia y de la reparación, y con la garantía de la no repetición” y ha agradecido el trabajo que realizan colectivos como el de los deportados asturianos en esta materia.
El consejero ha explicado que en la actualidad hay 29 ‘piedras de la memoria’ ya situadas en distintos puntos de Asturias y que en los próximos meses, la consejería que dirige colocará otros 50 adoquines que ya tiene disponibles. También ha anunciado que el proyecto de presupuestos para 2024 incluirá una partida de 20.000 euros destinada a encargar las 110 piedras restantes.
El objetivo del proyecto Stolperstein es mantener viva la memoria de las víctimas del nazismo, de los que fueron deportados o asesinados en los campos. Es un trabajo que se hace a mano y de manera individualizada, para contraponerlo al holocausto masivo nazi. Cada piedra lleva una placa donde está grabado el nombre de la persona, su fecha de nacimiento, la fecha de deportación o arresto y la fecha y lugar de su muerte y suele colocarse frente al lugar de nacimiento o en el último lugar de residencia de la víctima.
El proyecto comenzó en 1992 como una iniciativa personal del artista alemán Günter Demnig para conmemorar a las víctimas del Holocausto y ha crecido desde entonces hasta convertirse en un fenómeno a nivel internacional. Solo en Europa se han colocado ya más de 100.000 adoquines.
Noticias relacionadas
Lastres y Luces recuerdan con cuatro piedras de la memoria a sus vecinos víctimas del nazismo alemán