Agentes de la Guardia Civil y de las policías locales de Cangas de Onís y Parres iniciaban esta mañana los habituales controles estivales en la ribera del Sella. Se trata de labores de inspección y vigilancia que se llevan a cabo en los chiringuitos instalados a pie de río para dar servicio a los miles de turistas que cada día bajan el Sella en canoa.
Con estas inspecciones se persiguen los puestos ilegales, se comprueba el cumplimiento de la normativa sanitaria vigente y si disponen de permiso para la venta de comida y bebidas alcohólicas.
En esta primera inspección se han controlado cinco chiringuitos y solo uno incumplía las normativas laboral y de manipulación de alimentos. Además también carecía de autorización para la venta de alcohol.
Entre tanto, el Sella es un auténtico hervidero de canoas. Da la sensación de que ya no cogen mas.