Ribadesella despide esta semana a su veraneante mas longeva. Esta pasada noche, en su residencia estival, en el Bungaló nº 26 de la playa de Santa Marina, fallecía a los 107 años de edad, Adela Millares Fernández, una gran mujer que había entregado su vida a la enseñanza y a su pasión por esta villa marinera. Desde que se compró ese pedacito de arenal, hace 38 años, no ha faltado un solo verano. Pero, con anterioridad, cuando vacacionaba en la casa familiar de Toraño, siempre cogía el primer tren de la mañana para disfrutar de su playa y se marchaba en el último tras una larga jornada de baños de sol y aguamarina.
La familia de Adela era natural de Toraño (Cangas de Onís), aunque su padre emigró a Cuba a los 17 años de edad. Como en la isla caribeña no le fueron bien los negocios decidió dar el salto a Florida (EEUU) donde, junto a su hermano, montó la fábrica de helados Hnos Millares. Por ese motivo, Adela vino al mundo en la ciudad de Tampa el 15 de abril de 1915. Es norteamericana de nacimiento, aunque la familia regresó a su tierra de origen cuando solo tenía 8 años de edad. En Asturias estudió magisterio y su título como maestra parvulista de La República lleva la firma de Alcalá Zamora.
Como maestra ejerció durante 42 años, pasando por las escuelas de Tresmonte, Coviella y Oseja de Sajambre. También fue educadora en Santander y Alicante, donde fijó su residencia definitiva para aprovechar la bonanza de su clima invernal. Desde allí viajaba todos los veranos a su Ribadesella querida. Lo hacía en compañía de su única hija, Marta Millares, enfermera de profesión recién jubilada, a la que siempre le repetía una frase lapidaria: “Si me muero por el camino, tu sigue pa lante, llévame a Ribadesella”.
El funeral de despedida será mañana viernes al mediodía en la iglesia parroquial de esta villa marinera. Posteriormente será enterrada en el cementerio de Peruyes, junto a sus padres.