
Un producto asturiano, un queso del oriente de Asturias ha sido elegido por los hermanos Roca para su receta del mes de febrero de ‘Gastronomía sostenible’, el proyecto impulsado junto a BBVA para fomentar el consumo de proximidad y la alimentación saludable.
Esa propuesta gastronómica del mes, un rulo de acelga frita con ensalada de pencas y garbanzo seco, cuenta con el toque ahumado que le proporciona el queso ahumado que elabora la Sociedad Cooperativa Queso de Peñamellera, una quesería fundada en 1984 y ubicada en la localidad de Alles (Peñamellera Alta), que sigue elaborando queso artesano de la forma tradicional de los pastores de los Picos de Europa. Esta empresa local produce al año entre 30.000 y 35.000 piezas, la mayoría en los meses de julio y agosto.
Según explica Carmen Pérez, hija de José Angel Pérez Torre, uno de los fundadores de la cooperativa, “un día sonó el teléfono y nos encargaron para ‘Gastronomía sostenible’ dos piezas de cada uno de los cuatro tipos de queso que hacemos: el cuayau, el cuayau ahumado, el cuayau a la sidra y el Cueva de Llonín”. Al final, los propietarios de El Celler de Can Roca optaron por la propuesta del queso ahumado de Peñamellera, un lácteo que aglutina matices acaramelados gracias al proceso de ahumado con maderas de haya o roble en su fase final.
Este es el queso que utilizaron los hermanos Roca para completar su receta del mes y formar parte de ese rulo de acelga frita con ensalada de pencas y garbanzo seco. La acelga utilizada procede de Collita Zero, una empresa productora de frutas y verduras de temporada y de kilómetro cero de la provincia de Girona. El toque ahumado procede del pequeño pueblo de Alles (Peñamellera Alta).
AMPLIACIÓN.– Este miércoles, 23 de febrero, estuvo con nosotros Carmen Pérez, la única superviviente de la cooperativa. Según nos contó, se creó con la unión de seis ganaderos de la zona para sacarle mayor rendimiento a la leche que producían. Con el tiempo se fueron agregando más ganaderos hasta alcanzar casi la treintena. Posteriormente, «debido a las jubilaciones, a la problemática de las cuotas lácteas o el cambio de algunos al ganado de carne, la cooperativa estuvo a punto de disolverse». En ese momento, cinco trabajadores, entre los que se encontraba Carmen, decidieron quedarse con ella, «porque además de ser nuestro medio de vida nos daba mucha pena que se cerrara». De aquellos cinco solo queda Carmen, que cuenta con el apoyo de otros dos trabajadores.
En los últimos años han ganado el Premio Crivencar a la Mejor Quesería Asturiana (2010) y Premio Caja Rural a la Mejor Quesería Asturiana en la Feria de la Ascensión de Oviedo (2018).