
Una nueva especie de crustáceo que presenta «interesantes adaptaciones arbustivas» sobre gorgonias marinas ha sido descubierta por un grupo internacional de investigadores a 500 metros de profundidad en el área protegida de El Cachucho, la primera Area Marina Protegida de España, situada frente a la costa de Ribadesella, en el Cantábrico asturiano.
Este nuevo ejemplar, el Astacilla andresmeixidei, es un isópodo «adaptado a una vida arbustiva», ya que tiene tres pares de patas en el brazo corto que le permiten agarrarse a las ramas y resistir las corrientes del fondo marino, afirman los investigadores de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) de la Universidad madrileña de Alcalá de Henares.
Además, las patas anteriores, que son más largas y flexibles, «han perdido su función locomotora» pero son utilizadas «a modo de cedazo», para capturar las partículas alimenticias que arrastran las corrientes, según un comunicado del centro universitario.
El género al que pertenece el crustáceo, denominado Astacilla, presenta un «fuerte dimorfismo sexual», con machos de menor tamaño y hembras que alojan en su dilatado segmento central los huevos, que crea una cámara que protege a su prole.
En este sentido, las hembras «presentan una mayor ornamentación», con espinas y tubérculos, en cambio, los machos son «mucho más discretos».
La investigación realizada por los expertos no solo determina la morfología de la nueva especie, sino que, además, incluye un estudio detallado de la gorgonia del género Placogorgia, sobre la que vive.
Este análisis se completa con el estudio de marcadores moleculares tanto de la especie de isópodo como de la gorgonia.
Los investigadores han bautizado a esta nueva especie como Astacilla andresmeixidei, en homenaje al dibujante gallego Andrés Meixide, y «debido a su pequeño tamaño ha recibido el nombre común de andresito», afirma la UCC+i.
En el hallazgo y posterior descripción han participado investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH), el Museo de Okendo, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y el británico Natural History Museum.
De lo que aún no se sabe nada es de la Casa del Cachucho anunciada en septiembre de 2016 por la Autoridad Portuaria de Gijón, que cederá las instalaciones; el Principado de Asturias, que asumirá buena parte de la financiación; el Instituto Español de Oceanografía, que aportará el equipamiento museográfico y el Ayuntamiento de Ribadesella, que colaborará en todo lo que esté a su alcance para ubicarla en el Faro de Ribadesella.
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