El último XXX Certamen de la Castaña de Arriondas fue el estreno para el primer apicultor profesional de Ribadesella que, desde hace casi dos años, se dedica a la elaboración de miel artesanal, miel de las montañas que rodean la vega del Sella. De hecho, Maxi Piniella Tirador ha decidido rebautizar su marca. La Miel de la Abeja Reina con la que empezó se ha transformado en Miel Abeja del Sella. “El primer nombre estaba bien, pero como la demanda procedente de otras comunidades está aumentando, hemos apostado por incluir en la marca el nombre del Sella, un río mundialmente conocido, para que así se identifique bien nuestro origen y procedencia”, explicó.
Maxi Piniella acaba de introducirse en este dulce mundo y su Miel Abeja del Sella ya ha abierto las puertas de los dos principales mercados de España, los de Madrid y Cataluña. Es optimista, pero mantiene los pies en el suelo. “La cosa va poco a poco, porque hay mucho trabajo detrás antes de afianzar el mercado. Con que de momento me de para vivir, me conformo”, añadió quien antes de embarcarse en esta aventura trabajó en la extinguida Cerámica de Lloviu y en una inmobiliaria local.
Lo dejó todo para producir miel y su primera experiencia de cara al público, la que este fin de semana ha vivido en Arriondas, fue “muy positiva”, así que ya está pensando en acudir a nuevos mercados y en especial a todos los que se promuevan en la villa de Ribadesella en la primavera-verano de 2022. “En Arriondas quedé muy contento porque me sirvió para dar a conocer la marca y porque cuando la gente la probaba, compraba”, aseguró.
Ahora mismo tiene colmenares ubicados en los montes de Amieva (Argolibio), Parres (Sinariega) y Ribadesella (Tresmonte, Nocéu, Cueves). Los que tenía ubicados en Peñamellera Alta las ha trasladado a Ribadesella “porque me quedaban muy a desmano y ahora no dispongo del tiempo necesario para viajar hasta allí, aunque en primavera las volveré a llevar a esa zona”, añadió. Con sus diez millones de abejas ha conseguido producir algo mas de dos toneladas de miel. “Este año andamos parecidos al año pasado, aunque no ha sido un año de buena floración. El eucalipto no existió y el castaño falló bastante, aunque nos ha salvado en brezu”, explicó.
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