La temporada 2022/2023, ha sido la peor de la última década para la pesquería de la angula. Por la rula de Ribadesella solo pasaron 672 kilos producto de los cuatro meses de costera: noviembre, diciembre, enero y febrero. Este último fue el peor, con solo 116 kilos subastados, para cerrar una campaña en la que las capturas han descendido un 15% respecto a la anterior. Para encontrar una temporada peor hay que remontarse a los años 2011/2012 en los que solo se habían vendido 571 kilos.
Según los anguleros, el motivo de esta caída es el meteorológico, la falta de lluvias, sobre todo en los meses de septiembre y octubre. “Al no haber esas riadas, el agua dulce no penetra en el Cantábrico y no llama a la entrada de la angula”, afirmó Emilio Peñil, patrón de embarcación y profesional de esta pesquería. De hecho, este año han fallado todas las playas, incluso la de San Antolín, “donde las capturas se han reducido a la mitad”.
Los anguleros saben que la turbidez que generan las crecidas en ríos y playas es la mas propicia para su captura. “Las cuatro angulas que pescamos fue cuando se movió el río y bajó el agua turbia”, añadió Peñil. Pero este año no se dieron esas condiciones meteorológicas, “ha predominado el tiempo de sur, tiempo caliente y así no hay forma”.
Ahora se temen lo peor, que la Administración competente “acabe cerrando” esta pesquería, vedando por completo la captura de angula al igual que se hizo con los oricios. Sobre la mesa está la reducción de la temporada a solo tres meses, eliminado febrero, aunque también se ha propuesto mantener los cuatro, “pescando sólo durante los quince días de oscurada”, el período lunar comprendido entre las fases de cuarto menguante y cuarto creciente. No obstante, confían en que con la angula ocurra lo mismo que con la merluza, “que después de estar prácticamente desaparecida, volvió a los tres o cuatro años”.
Los 672 kilos de angula subastados en esta última campaña reportaron una recaudación de 363.859 euros a la rula de Ribadesella. Es decir, en el ámbito económico no ha sido de las peores gracias a los buenos precios. Por ejemplo, la cotización media durante el mes de febrero fue de 533 euros el kilo, un precio impropio durante el último mes de costera. En la campaña anterior, esta pesquería facturó 408.432 euros. La caída ha sido del 11 por ciento. El record de recaudación sigue en los 605.752 euros alcanzados en la temporada 2016/2017, mientras que el de capturas se registró en 2013/2014 con 1.768 kilos.
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