La localidad de Panes acogió en la tarde de ayer un acto institucional que sirvió para estrechar aún más los lazos históricos que unen al concejo de Peñamellera Baja con la ciudad norteamericana de San Agustín de La Florida. El nexo de unión entre ambos territorios tiene que ver con la figura de Angel Cuesta Lamadrid, un empresario tabaquero nacido en Colosía (Peñamellera Baja) que tuvo una actividad social muy destacada en las relaciones de España con los EEUU a finales del XIX principios del XX.
De hecho, el encuentro de ayer se celebró en el parque público que lleva el nombre de Angel Cuesta Lamadrid donde sus paisanos levantaron un monumento en su memoria hace noventa años. Hasta ese lugar se desplazó una amplia delegación procedente de San Agustín de La Florida y encabezada por su alcaldesa Nancy Sikes-Kline. Esta fue recibida por el regidor de Peñamellera Baja, José Manuel Fernández y la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, ya que la ciudad de San Agustín de La Florida fue fundada en 1565 por el explorador y almirante avilesino Pedro Menéndez.
Avilés y San Agustín de La Florida llevan cien años hermanadas y Peñamellera Baja se unió a esa confraternización en el año 2015 cuando la Corporación Municipal aprobó su hermanamiento con la ciudad de Avilés. Ese vínculo quedó personificado en la figura de Ángel Cuesta Lamadrid, porque entre otras cosas fue el artífice de la recuperación de las relaciones institucionales entre España y Estados Unidos, haciendo posible la repatriación de los restos de Pedro Menéndez a su Avilés natal.
Según recordó José Manuel Fernández, en el año 1924, cuando Avilés y San Agustín de La Florida se hermanaron, parte de los actos se celebraron en Santander y otra parte en la casa familiar que había construido en Panes. “Quiso traerlos a nuestro concejo para enseñarles todo lo que estaba financiando en su pueblo natal, desde la construcción de escuelas hasta la traída de aguas o la misma iglesia parroquial”, destacó. En esta ocasión, la delegación estadounidense fue agasajada con una espicha después de visitar el legado de Angel Cuesta Lamadrid cien años después de aquella visita.
EN LAS FOTOS Nancy Sikes-Kline, José Manuel Fernández y Mariví Monteserín