El Balonmano de Ribadesella ha perdido a una de sus ruedas motrices. Esta pasada madrugada fallecía a los 53 años de edad, Ramón Callejón Berbes, técnico de esa escuela riosellana. Después de casi treinta años inculcando valores deportivos entre las niñas del concejo de Ribadesella y contribuyendo a la creación de grandes jugadoras, Ramón acabó sucumbiendo a la enfermedad del cáncer. Esa fue una competición que no pudo ganar. Se marcha dejando el dolor de la despedida entre todos cuantos le conocieron y en especial, el de su hija Inés y su mujer María Jesús García Prieto. La capilla ardiente permanecerá abierta para acompañarles en ese adiós hasta las diez de la noche en el Velatorio del Oriente, en la avenida Palacio Valdés de Ribadesella. Sus restos mortales serán incinerados mañana miércoles, 14 de marzo, en el Tanatorio de Gijón-Cabueñes.
Una de las personas que mejor le ha conocido, con el que ha pasado largas jornadas de entrenamiento, juego, diversión y competición es Miguel Valdés, fundador del Club Balonmano Ribadesella en el año 1986. Para él, este es un día “muy triste” porque no solo ha perdido a un amigo, sino también a un “hermano”. “Siempre fue una persona muy competitiva y luchadora que nos ha dado una gran lección en la forma en la que ha afrontado los últimos momentos, siempre con la mejor sonrisa. Ha dejado una huella imborrable dentro de todos nosotros”, afirmó.
Ramón Callejón tiene la Insignia de Plata de la Federación de Balonmano del Principado de Asturias desde el año 2014 y la propia Federación emitía un comunicado de condolencias agradeciéndole su contribución “a la formación de cientos de jugadoras y siendo un ejemplo de dedicación a nuestro deporte”. También fue distinguido en diferentes ocasiones por la Gala del Deporte de Ribadesella y la Gala del Deporte Base, “ya que siempre trabajó desde la base y sin tener problemas con nadie, empatizaba con todo el mundo”, destacó Carli Píélagos, responsable del polideportivo municipal.
Desde que se conoció su muerte, los mensajes de pésame y despedida han circulado por todos los rincones del concejo de Ribadesella. Los más repetidos hacían mención a un hecho contrastado, que Ramón era una “buena y excelente persona” que, para Dolores Campo, estaba “muy comprometida con su pueblo”. Por su parte, Avelino Rosete, amigo que lo trató durante largos años como trabajador del polideportivo municipal, lo calificó como “el hombre de la eterna sonrisa y palabra amable”.
En su círculo de amistades se encuentran el teniente alcalde Pablo García y el portavoz de Pueblu, Ricardo Cangas. Todos ellos, junto a sus mujeres, formaban parte de una misma pandilla, que mas bien parecía una gran familia de la que también formaba parte Xandru Martino, otro hombre del balonmano riosellano. Pablo García siempre lo consideró como “mi hermano mayor, un amigo de toda la vida y una persona muy querida por todos”. A Ricardo Cangas, muy afectado, le costó trabajo encontrar palabras con las que definir a su “amigo del alma”. Todos lloran su muerte, todos le mantendrán en el recuerdo durante el resto de sus vidas.
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