El pueblo de San Roque del Acebal, en el concejo de Llanes, ha sido el único de España que se ha sumado a la conmemoración del Año Internacional del Mijo. Lo hizo durante el pasado puente festivo de diciembre con un festival y unas jornadas gastronómicas en las que el gran protagonista fue este cereal, antaño abundante en los campos de este y otros pueblos de la zona.
Según explicó Germán Abad, tesorero de la Asociación El Perru de San Roque, las aldeas de La Portilla, La Pereda, Cué, Soberrón, La Galguera, Andrín, Covielles, El Acebal y Purón formaban parte del Valle de Mijares, “una institución muy importante en siglos pasados”. De hecho, la palabra Mijares procede de mijo y en aquellos tiempos, previos a la llegada del maíz, era el cereal que se consumía en todas las casas. “Un cereal sin gluten, muy apto para celíacos, que está cargado de vitaminas y aporta grandes beneficios para la salud tal y como afirma la ONU que declaró el 2023 como Año Internacional del Mijo”, añadió.
Como hoy en día es un cultivo fuera de uso en el valle, la asociación quiso ponerlo en valor como alternativa a otros cereales como el arroz, el trigo o el maíz gracias a su alto valor nutritivo. Así, durante tres días se han elaborado multitud de platos, algunos bautizados con nombres de la zona. Entre ellos, los Tortos del Valle Invisible, «en honor a la senda turística del pueblo», la Tortilla del Valle de Mijares o el Pastel de Manzana San Roqueña. Este postre fue elaborado por Josefina de la Fuente, veterana guisandera del concejo de Llanes que reside en la localidad y que se involucró de lleno en el proyecto, “al ser gran cocinera y excelente divulgadora”, destacó Germán Abad.
En la iniciativa también participaron los cinco restaurantes y bares del pueblo que elaboraron sus propios platos a lo largo del fin de semana: Ensalada templada de mijo, Tarta de mijo con salmón, Mijoto o Pinchos con mijo entre otros. Y en la inauguración de las jornadas participó la Coral del Concejo de Llanes que en su programa incorporó una composición de José Luis Sotres Alles, vecino de San Roque ya fallecido. Tampoco faltó el sonido de la gaita y el tambor con Graciela y Celia y la participación de los alumnos de la escuela del pueblo con sus dibujos. Una experiencia positiva que podría repetirse a lo largo de los años.