Está claro que la villa de Ribadesella necesita plazas de aparcamiento y más este verano en el que, de forma temporal, han desaparecido algo mas de una docena como consecuencia de las obras de rehabilitación de la rula, en el corazón del puerto pesquero. Esta escasez de plazas lleva a muchos conductores a la más absoluta desesperación, hasta el punto de optar por la solución del acotamiento.
Es decir, una persona se sitúa en una plaza que se ha quedado libre mientras llega el conductor con el vehículo. Pero, si en ese intervalo de tiempo llega otro conductor en un segundo automóvil, lío al canto. Así ha ocurrido hoy en al menos tres ocasiones en la calle Manuel Caso de la Villa y adyacentes. En una de ellas hubo bronca y atasco.
Una señora se posicionó impertérrita sobre la plaza de aparcamiento y pensó, de aquí no me muevo hasta que llegue mi pareja con el coche. Pero, qué mala suerte. Unos segundos antes llega otro conductor que, al ver la plaza vacía, inició la maniobra para estacionar marcha atrás invadiendo los dos carriles de la calle. Como la señora no se mueve, este queda atravesado en la calzada interrumpiendo el tráfico en ambas direcciones.
En esos momentos llega al lugar el acompañante de la señora que hacía de barrera reclamando la propiedad de la plaza al tenerla acotada. Como ninguno cede en sus intenciones, los dos conductores comienzan a desafiase desde el interior de los vehículos. Uno de ellos lo abandona y se acerca al segundo. No pasa nada y regresa a su asiento. Poco después vuelve a hacerlo, pero en esta ocasión su rival hace lo mismo y se enfrentan cuerpo a cuerpo, sin llegar a las manos.
Entre tanto, la calle se va llenando de coches que hacen sonar sus bocinas reclamando paso para disgusto de vecinos y de los clientes de las abarrotadas terrazas de la calle. Los comensales se convierten en público con asiento privilegiado de un espectáculo por el que no han pagado. Uno de ellos se anima y saca un taburete para que la señora que acotaba la plaza, que allí sigue, pueda sentarse.
Por suerte, alguien ha llamado a la Policía Local que llega al lugar de conflicto y resuelve la situación en un periquete. La plaza de aparcamiento es para el primer vehículo que llegó a su altura, el que se había atravesado en la calle para dar marcha atrás. El acotamiento de plazas no está permitido ni para turistas ni para vecinos o negocios. Ese tipo de prácticas pueden provocar una discusión, como la que hemos visto esta tarde y pueden acarrear una multa de 80 euros a quienes la utilicen. Las plazas de aparcamiento son para el primero que llega a ellas.
Pues nada, a disfrutar del verano, que aún queda.
Espero que hayan sancionada a «la señora» en cuestión.
«El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento»
La cara dura de esta señora no tiene precio, pero no es la única, muchos turistas( ojo, no tda@s ) llegan y aparcan en cualquier lado sin tener en cuenta si molestan. O cruzan por el medio de la calle si mirar si vienen coches, o utilizan la bicicleta sin luces por la noche, etc etc etc.
La gente pierde el civismo y el respeto en vacaciones, no lo entenderé nunca!!!!
Más sanciones por favor, esta gentuza sólo aprende cuando le tocan el bolsillo…