El cierre perimetral del concejo de Cangas de Onís ha dejado a la ciudad casi sin hostelería. Los negocios que permanecían cerrados desde el mes de octubre pasado seguirán con las persianas bajadas y a ellos se les unirán otros muchos. Según aseguró Borja Martínez, gerente de La Pescatería, en la ciudad acabarán cerrando “el 90% de los negocios que estaban abiertos”. “Me imagino que quedarán abiertos, como mucho, cuatro bares con terraza y que cerrarán casi todos, porque estar abierto en estas circunstancias es un suicidio”, afirmó este empresario.
Lo mismo piensa Angel Ardines, copropietario de El Molín de la Pedrera: “Muchos han decidido cerrar porque el aprovechamiento solo de la terraza es muy poco”, dijo. Además, a su juicio también influye “el riesgo a que sus propios empleados se contagien y se generen mas datos en contra, así que habrá que hacer bien los deberes estos días para pasar esta situación y enfocar una Semana Santa interna, asturiana, pero con mejores datos y mas salud”, añadió. Su negocio lo tienen cerrado desde el mes de octubre pasado y pensaban incorporarle una terraza exterior en estas fechas, pero esa ampliación tendrá que esperar.
Toni Bulnes, gerente del Mesón Puente Romano, no está afectado directamente por el cierre perimetral. Su negocio está ubicado a la entrada de la ciudad, pero en el vecino concejo de Parres. De todas formas, como lleva cerrado desde el 26 de octubre, tampoco piensa abrir su amplia terraza para aprovechar el tirón de los posibles cierres, “porque la cosa está muy mal, hay mucho miedo al covid y no nos encaja de momento, preferimos esperar a ver si esto mejora”. Bulnes cree que la Semana Santa “no pinta bien”. Teme que en Cangas ocurra lo mismo que en Piloña y las restricciones se amplíen mas allá de los quince días.
Justo enfrente al Mesón Puente Romano, en la orilla canguesa del río Sella, se encuentra la mencionada Pescatería, afectada directamente por el cierre perimetral. Este negocio permanece cerrado desde el 12 de octubre pasado y aunque tenía programado su regreso para estas fechas ha tenido que aplazar la reapertura. “Este cierre ha sido un palo para todos, porque crece la incertidumbre y no sabemos lo que va a pasar. Es complicado porque tampoco confío en que esto mejore en catorce días. Si se prorroga el cierre, la mínima Semana Santa que íbamos a tener se nos fastidia y nos acabará enterrando a todos”, afirmó Borja Martínez.
Esta situación que se está viviendo en Cangas de Onís podría retrasar también la fecha de apertura que Borja Martínez tenía prevista para la Sidrería El Mirador de Arriondas. Pretendía reinaugurarla el 25 de marzo, “pero si Cangas sigue cerrada no será lo mismo”, así que podría retrasarse.
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