Investigadores del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), de la Universidade de Vigo y de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis han descrito una nueva especie de planta hepática fósil del Jurásico Superior hallada en Asturias en un artículo científico publicado en la revista internacional Botany Letters.
Dicho artículo está firmado por José Carlos García-Ramos y Laura Piñuela, investigadores del equipo científico del MUJA; Artai A. Santos y José B. Diez, de la Facultade de Ciencias do Mar y del Centro de Investigación Mariña de la Universidade de Vigo; y Luis M. Sender, del Museo Aragonés de Paleontología (Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis).
El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad del Principado, Borja Sánchez, y José Carlos García-Ramos y Laura Piñuela han presentado esta mañana el trabajo de investigación en el MUJA, equipamiento dependiente de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo y gestionado por la Sociedad Pública de Gestión y Promoción Turística y Cultural del Principado de Asturias.
En esta investigación se ha descrito una nueva especie de planta hepática fósil, Ricciopsis asturicus, en las rocas de la Formación Lastres del Jurásico Superior de Asturias (Kimmeridgiense); concretamente los ejemplares proceden de los acantilados de Lluces, en el concejo de Colunga. La nueva especie está basada en la combinación de una serie de características que la diferencian de las demás, como son la forma del talo, la manera en la que se ramifican, el tamaño y su disposición formando matas.
A pesar de las condiciones climáticas semiáridas que dominaban en Asturias en aquella época, hace unos 154 millones de años, las nuevas hepáticas pudieron proliferar, formando matas densas, en pequeñas charcas de agua dulce situadas en el lecho de cauces fluviales abandonados, en lo que fue una antigua llanura deltaica. El desarrollo de estas plantas hepáticas fue precedido por un episodio intenso de lluvias torrenciales a causa de las cuales el impulso de la corriente desbordó una de las paredes del cauce creando un nuevo curso del río (un atajo) dejando así abandonado el antiguo.
En este último se acumularon fragmentos de troncos de coníferas (que más tarde se convertirían en azabache), crecieron las hepáticas y por el mismo caminaron además algunos dinosaurios terópodos que dejaron impresas sus huellas en la superficie. El relleno final del cauce abandonado estaría formado por sedimento de grano fino que se depositaría de forma lenta, pero poco tiempo después del abandono, cubriendo los vegetales objeto de este estudio e impidiendo así su deterioro por oxidación al aire libre.
El estudio del polen y esporas de estas mismas áreas, que se ha llevado a cabo también, corrobora la presencia de estas zonas encharcadas.
Ricciopsis asturicus representa además la evidencia más antigua de una planta briofita (no vascular) en el Mesozoico de la Península Ibérica y supone además la primera mención del género Ricciopsis en esta misma área.
La aparición de Ricciopsis asturicus en el Jurásico Superior de España añade una nueva pieza en el puzle fitopaleogeográfico de este grupo de plantas en todo el mundo.