Las dos ocas que desde hace años forman parte de la vida social del puerto deportivo de Ribadesella han tenido familia. Recientemente han nacido seis polluelos que pasean y juguetean libremente junto a sus congéneres por el puerto riosellano.
Se trata de dos gansos que se escaparon de sus respectivas explotaciones domésticas y que se asilvestraron en el estuario del Sella. La primera que se dejó caer por estas latitudes fue ‘Carmen’ una oca cornuda u oca china, que inicialmente fijó su residencia en las inmediaciones del Prau de San Juan.
Después de sus largos y cantarinos paseos por la ría, fijo su residencia en el puerto deportivo donde algunos lobos de mar le proporcionan el alimento necesario. Ellos fueron quienes la bautizaron con ese nombre.
Con el tiempo llegó la que hoy en día es su pareja, un ejemplar de menor tamaño que al poco de aterrizar en Ribadesella sufrió un duro percance. Se cree que algún tipo de alimaña la atacó y le provocó una profunda herida en el cuello de la que tardó en recuperarse.
‘Carmen’ no dejaba que nadie se acercase a ella, pero salió adelante y ahora está felices con la prole que han creado. Por cierto, desde que tiene pareja, ‘Carmen’ ya no canta como antaño. Todo apunta que era su reclamo en busca de un semejante
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