La Real Federación Española de Piragüismo (RFEP) está viviendo uno de los peores momentos de su reciente historia. La petición de una asamblea extraordinaria por parte de la Federación Balear con el apoyo de varios miembros de la junta directiva nacional y mas del 20% de los miembros de la asamblea ha desatado una marejada con fuerte marejada que podría acabar en mar gruesa.
Al presidente, Juan José Román Mangas, le sentó muy mal que cinco miembros de su junta directiva respaldasen esa petición. Por ese motivo, el pasado viernes, dos meses después del último encuentro, convocó una reunión telemática de su junta directiva en la que pidió la dimisión de esos cinco miembros por pérdida de confianza en ellos.
Según desveló Carlos Piélagos este mediodía en Cope Ribadesella, ese mismo viernes dimitió el presidente de la Federación madrileña, Francisco Valcarce, como vocal de la nacional. Ayer lunes lo hizo el asturiano José Antonio Modino, vocal de relaciones internacionales y candidato a la presidencia nacional en este año electoral. Además, este martes también presentaba su dimisión uno de los tres vicepresidentes, el también asturiano José Avelino Morís, presidente de la Federación asturiana.
La asamblea reclamada que desató esta marejada pretende aclarar una serie de cuestiones fundamentales de cara al futuro inmediato de este deporte. Entre ellas, el formato y fechas previstas para las competiciones y ligas, además de los criterios que piensan utilizarse para incorporar a nuevos deportistas en los centros de alto rendimiento o para conceder ayuda y becas. También pretende interesarse sobre la gestión de ingresos, subvenciones y licencias en este año «sin apenas actividad». Los peticionarios quieren que la asamblea se celebre el 20 de junio.
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