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El proyecto veterinario nacido en Ribadesella que salva vidas en Etiopía va camino de los diez años

Ribadesella Sociedad

Los hermanos Iglesias, Esteban y David, junto al hijo del primero, Carlos, llevan nueve años embarcados en un proyecto veterinario apasionante. Los responsables de IVET Ribadesella, el único hospital veterinario del oriente de Asturias, dedican veinte de sus días al año a mejorar la salud animal y con ello la salud general del pueblo etíope que da nombre a su proyecto. Lo llaman One Health Nyangatom y hoy lo presentaron en la Casa de Cultura de esta villa de la mano de la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella. 

Todo empezó en 2015, cuando David conoció en Oviedo a Angel Valdivia López y David Scrich Pérez, dos jóvenes misioneros de la Fundación Emalaikat que llevan años trabajando por el bienestar general de los Nyangatom. Al conocer los objetivos de esa misión, no lo dudó dos veces y decidió sumarse a la causa para luchar contra la zoonosis, causante de 19 millones de muertes al año. En las siguientes ediciones se unieron Esteban y Carlos. Y en la última lo ha hecho José Mario Larrinaga, otro veterinario de Gijón, presente también en el acto de esta tarde en la Casa de Cultura. El equipo lo completan indígenas a los que han adiestrado en conocimientos veterinarios. 

El proyecto veterinario One Health comenzó desparasitando los rebaños de ovejas, cabras y vacas de los Nyangatom. Hasta la fecha ha superado las cien mil cabezas desparasitadas. Hoy en día han extendido sus esfuerzos a la población canina. Pero ante la ausencia de médicos no les queda más remedio que, en ocasiones, actuar como sanitarios. Necesitan médicos de familia y sobre todo oculistas y especialistas en oftalmología. 

Cada vez que viajan a Etiopía, un país en guerra civil, lo hacen cargados de vacunas para continuar con el saneamiento del ganado y medicamentos para las gentes de Nyangatom. También llevan ropa, mucha ropa, hasta 60 kilos por persona a pesar de las numerosas dificultades que encuentran en los aeropuertos. Los niños necesitan calzados ligeros, tipo sandalias o chanclas. Este año volverán, así que buscan colaboradores que les ayuden a financiar el trabajo que allí desempeñan de forma incansable en jornadas maratonianas de trabajo. Las donaciones, deducibles en la declaración de la renta, pueden realizarse por transferencia bancaria a la cuenta del proyecto en el BBVA. 

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