
La Guardia Civil pudo reconstruir la trama urdida para asesinar al concejal de IU en Llanes Javier Ardines a partir de la declaración de Djilali B., uno de los dos supuestos sicarios, según ha manifestado este lunes una responsable de la investigación.
En la cuarta sesión del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Oviedo, una agente de la Guardia Civil ha dicho que, tras su detención, Djilali B. reconoció los preparativos y la ejecución del crimen, cometido en la parroquia llanisca de Belmonte de Pría el 16 de agosto de 2018, y que exigió una compleja investigación durante seis meses.
Según manifestó, viajó a Llanes el 27 de julio de 2018 para hacer un reconocimiento del terreno y estudiar la forma de abordar a Ardines.
Tras un primer intento fallido el 1 de agosto, Djilali B. y Maamar K. habrían cometido el crimen tras tenderle una emboscada con la colocación de unas vallas para obligar a Ardines a bajarse del coche y atacarle.
La agente también ha comentado que en las diligencias no incluyeron el interrogatorio completo de una mujer que mantuvo relaciones sexuales con Ardines la víspera del crimen y de la que apareció ADN en la escena del crimen, para proteger su intimidad, la de su entorno y de la familia Ardines para no aumentar el daño a la viuda y sus dos hijos.
Los agentes hallaron sus restos biológicos tanto en las uñas del edil como en una de las vallas, un perfil genético que la investigación atribuyó a una «transferencia» del propio concejal asesinado. El único ADN que se halló fue de Ardines y el de la mujer con la que mantuvo relaciones sexuales la víspera.
A este respecto, el abogado defensor de Pedro Luis N.A., acusado de ser el inductor del crimen por celos tras descubrir que su esposa y Ardines mantenían una relación en secreto, ha cuestionado que la investigación no incluyera en las diligencias todo el interrogatorio a la otra mujer con la que Ardines mantenía relaciones sexuales de manera frecuente, y tampoco se interrogara a su novio.
La agente ha mantenido que no tenían por qué dudar del testimonio de esta mujer, al igual que tampoco dudaron de las dos declaraciones que prestó la esposa del presunto inductor, quien en un primer momento mintió al negar que mantuviera una relación con Ardines y sostener que sólo tenían «conversaciones picantes» por la confianza que ambos tenían.
Fueron la viuda y la hija del concejal las que pusieron a los agentes sobre la pista de Pedro Luis N.A., después de que éste les enviara el audio de la conversación entre su mujer y Ardines que grabó en secreto en diciembre de 2017, y con la que confirmó sus sospechas de infidelidad.
Agente de la UCO.- Durante esta cuarta sesión del juicio también declaró un miembro de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil asegurando que el presunto inductor del asesinato de Javier Ardines llevaba meses «trastornado» tras descubrir que su esposa mantenía una relación en secreto con el edil, por el que sentía «celos y animadversión».
Y añadió que Pedro Luis N.A. estaba «desesperado» ante la infidelidad que constató tras grabar una conversación entre el concejal y su mujer, a su vez prima segunda de la esposa de Ardines, el 8 de diciembre de 2017, unos ocho meses antes de cometerse el crimen, el 16 de agosto de 2018.
El miembro de la UCO, al igual que han hecho previamente agentes de la Comandancia de Gijón, ha dado el crimen por resuelto y ha apuntado directamente a la autoría de Pedro Luis N.A. como inductor; Djilali B. y Maamar K., como supuestos sicarios, y Jesús M. como intermediario, quienes ahora afrontan una pena individual de 25 años de cárcel.
El miembro de la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la UCO ha afirmado que el descubrimiento de la infidelidad volvió a Pedro Luis N.A. «muy controlador» y empezó a visitar páginas web sobre sistemas y cámaras de vigilancia y test de paternidad y colocó una baliza de seguimiento en el coche de su mujer.
Desde la grabación hasta el día del asesinato, el 16 de agosto, los investigadores observaron en Pedro Luis N.A. «un trastorno y un reproche constante» hacia su mujer.
Según la UCO, ya el 27 de julio de 2018, Pedro Luis N.A. se desplazó con uno de los supuestos sicarios, Djilali B., y el presunto intermediario Jesús M. desde Amorebieta (Vizcaya), donde residía, a la parroquia llanisca de Belmonte de Pría para proporcionarle información sobre la vivienda y los hábitos de Ardines para planificar y ejecutar el crimen.
Noticias relacionadas
La Guardia Civil considera que el asesinato de Javier Ardines fue planificado y es un caso resuelto
Uno de los presuntos asesinos de Javier Ardines es expulsado de la sala por interrumpir a gritos a un sargento de la UCO