La primera de las procesiones en honor a la Virgen de Guía, patrona de los marineros de Ribadesella, ha sido un espectáculo cargado de sentimientos y fervor religioso. El tímido orbayu aparecido justo antes de abandonar su ermita en el alto del monte Corberu no dejó intimidó a nadie. Nadie se quedó en casa.
Unos subieron en romería hasta el campo de la ermita, en el Fuerte de Guía, ataviados de pescadores y pescaderas, para escoltar a la patrona. Otros optaron por esperarla en la plaza de La Atalaya y en las calles adyacentes que conducen a la rula.
En la mencionada plaza la esperaba el grueso de la Banda Gaites Picos de Europa DOP Cabrales. Dos de sus componentes, gaiteru y tamboritero, le pusieron música en la santa procesión del descenso. Y una vez en la rula, el Coro La Fuentina de Ribadesella entonó primero el Himno de Guía y la Salve Marinera después.
Concluido este solemne acto, la imagen de la Virgen de Guía fue trasladada a la iglesia parroquial donde pasará la noche. Mañana domingo a las ocho de la tarde comenzará la misa y a continuación embarcará el el Mar Azul para procesionar por la bahía junto al resto de embarcaciones pesqueras y deportivas con base en este puerto.