
Los cacos han vuelto a las Andadas por Arriondas. En los últimos días, la semana pasada, dañaron la puerta de entrada de la capilla de San Antonio para perpetrar un robo de “poca monta”. Los rateros no llegaron a entrar en el oratorio, pero serraron uno de los barrotes de madera de la puerta para acceder a la cesta de los donativos. “No había ni dos euros, pero el daño está hecho”, afirmó Titu Manzano.
Por las mismas fecha también intentaron acceder al templo parroquial para robar los cepillos de la iglesia, donde las cantidades que pudieron encontrar también fueron paupérrimas, “en cuantía de uno o dos euros”. Por ese motivo, lo que mas indigna a los parragueses y en especial a los feligreses es el hecho del hurto en lugares sagrados como una capilla o una iglesia.

El barrote cortado en la capilla de San Antonio