La Consejería de Salud ha informado hoy de que en el reciente Descenso Internacional del Sella-Fiesta de les Piragües se produjo un caso de pinchazo a una mujer supuestamente con una jeringuilla «y se están haciendo los estudios pertinentes para aclarar la situación», según ha señalado hoy el titular de ese departamento, Pablo Fernández.
La tradicional fiesta de las piraguas ha sido el primer evento donde se activó el procedimiento de actuación ante casos de sumisión química elaborado por Servicio de Salud del Principado (Sespa) y, según el balance facilitado por el Servicio de Emergencias (SEPA), coordinador del Plan de Seguridad del Sella, se cerró sin incidentes graves.
Por su parte, la Guardia Civil no tiene constancia de ningún ‘pinchazo’ o caso de sumisión química que se haya producido en el marco de esta fiesta. Así lo han confirmado fuentes de la Benemérita, horas después de que el consejero de Salud del Principado de Asturias, Pablo Fernández, afirmase que aún se estaban haciendo los estudios pertinentes para aclarar lo sucedido.
Desde la Guardia Civil han explicado que acudieron a las 2.30 horas de este domingo a Ribadesella, alertados por efectivos de la policía local del municipio ante un posible caso a una chica. No obstante, ya en el lugar y tras la exploración que realizaron los servicios sanitarios se descartó que se tratase de un caso de ‘pinchazo’ o sumisión química. Tampoco la chica quiso presentar ninguna denuncia.
Fernández, que hoy ha asistido en Castropol al Campeonato de España de Traineras, ha garantizado que tanto los servicios de emergencias como los sanitarios seguirán trabajando con ese protocolo y con una visión «de vigilancia y protección» ante estos casos para que cualquier persona pueda participar en los eventos veraniegos «con tranquilidad».
El consejero de Sanidad ha mostrado además su preocupación por la proliferación de denuncias por hechos de este tipo que, ha advertido, aunque no se inocule ninguna sustancia, suponen «una agresión con tintes claramente machistas» que pretenden «generar miedo» entre las mujeres «y no hay que pasar por ahí y denunciar cualquier agresión».
El protocolo elaborado por el Sespa contempla que los profesionales de los dispositivos de emergencias evalúen la situación clínica, emocional y personal de las posibles víctimas. En caso de sumisión química sin sospecha de abuso sexual, los equipos sanitarios realizarán un parte de lesiones y alertarán a las fuerzas de seguridad a través del 112.
Si hay sospecha de agresión sexual, derivarán a la persona afectada a las urgencias hospitalarias, donde se seguirá el protocolo específico y ,además, se valorará su estado por si precisa asistencia psicológica.
Si se trata de menores de edad, se ofrecerá apoyo psicosocial y acompañamiento en todo el proceso y también se comunicará la situación a la familia, y se informará sobre las consecuencias del parte de lesiones y la importancia de la denuncia.
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