
El Plan de Actuaciones de Control del Lobo para el periodo 2021-2022 permitirá al Principado abatir hasta 32 ejemplares en los próximos 18 meses, uno más de los extraídos durante el anterior programa bianual de actuaciones, que finalmente se prolongó hasta la primera mitad del presente ejercicio y que autorizaba un máximo de 42 extracciones.
El Principado da continuidad así al actual marco de gestión de esta especie, al margen de la incertidumbre que pueda generar el proceso de renovación de la estrategia nacional y la posible inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), para tratar de favorecer la existencia de esta especie con la ganadería extensiva.
El consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, se ha referido este miércoles a la publicación en el BOPA del nuevo Programa y ha asegurado que «mientras no se resuelva la estrategia nacional y la catalogación o no del lobo como especie protegida el Principado tiene que enmarcar sus actuaciones en una seguridad jurídica» y a eso responde la elaboración de dicho programa.
«Tenemos que seguir dotándonos de un instrumento seguro y estable que permita este equilibrio difícil y la convivencia que durante años hemos conseguido gracias a este instrumento de control», ha explicado el consejero.
Sin incluir los cuatro ejemplares que se prevén abatir dentro de los límites del Parque Nacional de los Picos de Europa, que tiene su propio plan, este nuevo programa de actuación frente al lobo prevé el control de tres ejemplares en las inmediaciones de este espacio protegido y de otros siete más en la zona centro-oriental de Asturias, en la población parece estable con siete manadas asentadas.
En el centro del Principado se contempla la muerte de hasta seis lobos a lo largo del próximo año y medio para impedir que aumente la incidencia de daños en la cabaña ganadera, así como cinco en los concejos del noroccidente, donde en los últimos años no se hacían controles, pero que han visto asentados nuevos grupos en la zona de Belmonte, Taramundi y Oscos.
Dos podrán matarse en los montes del suroccidente, donde se ha registrado un incremento notable de la población de lobos, aunque los daños siguen siendo relativamente bajos.
En los del área centroocidental, donde se han reducido los daños a la cabaña ganadera, se prevé abatir hasta cuatro ejemplares y cinco más en los municipios de la zona El Palo-Esva, que es donde más ejemplares se han matado en los últimos años, pero donde sigue habiendo una presencia importante de esta especie.
El nuevo plan, que ya ha cosechado las críticas de las organizaciones ecologistas, baraja la existencia de 38 manadas seguras y seis más probables a lo largo de todo el territorio regional que durante el pasado año atacaron a 2.922 reses, la cifra más baja desde el año 2008 y con la que continúa la tendencia descendente que se registra desde 2014, que supusieron el pago de más de 834.000 euros en indemnizaciones, 2.000 euros menos que un año antes, y la menor de los últimos doce años.
De los 31 lobos controlados en el anterior plan, un total de 21 fueron abatidos en los controles de realizados por los Agentes de Medio Natural en sus diversas actuaciones programadas y el resto murieron por distintas causas, como atropellos (5), disparos (2) o envenenamientos (1).
En los últimos 20 años, los controles han abatido 247 lobos y hay constancia de otros 15 que murieron por disparos y de 45 que lo hicieron atropellados, mientras que seis fueron víctimas de lazos de furtivos y otros ocho de envenenamiento.