La riosellana playa de La Atalaya ha participado este año en el proyecto Educamares impulsado por SUBMON con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Los encargados de incorporarla al proyecto fueron los componentes del Club de Submarinismo Mola Mola de Oviedo. La coordinación de la actividad desarrollada corrió a cargo de Beatriz Valdés, miembro del club y profesora de Biología en el IES El Sueve de Arriondas con ascendencia en Ribadesella y Cangas de Onís. “Elegimos esta playa porque mi padre siempre dijo que era la mas guapa, así que decidí barrer para casa”, afirmó.
Así, varios miembros del club visitaron recientemente la playa para realizar una recogida de basuras en sus fondos marinos, pero como el estado de la mar no les permitió la inmersión, aprovecharon el tiempo para llevar a cabo una limpieza en superficie del pedral. Consiguieron llenar unas cuantas bolsas de basura. Sobre todo, plástico, aunque tampoco faltaron las mascarillas. “Sorprende ver mascarillas en el fondo del mar o en nuestras playas, por eso esperamos que con acciones como esta la gente tome conciencia sobre el daño que hacemos a los ecosistemas con muchas de nuestras acciones”, añadió la coordinadora de la actividad.
Beatriz Valdés recomendó respetar los océanos, “porque equivale a cuidar la vida en la tierra” ya que la mar “actúa como termorreguladora del clima y contribuye a repartir el alimento”. También aconsejó practicar el deporte del submarinismo, porque “experimentas una ingravidez que debe ser muy parecido a estar en el vientre materno”. Lamentó que en el Oriente de Asturias solo exista un club de buceo en el puerto de Lastres, donde se inició en la práctica del submarinismo para luego dejarlo “porque no tienen mucha continuidad en las inmersiones”. Por ese motivo, ahora lo practica en un club ovetense que tiene su base de operaciones en el puerto de Cudillero, “donde salimos todos los fines de semana”.