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El primer culín de La Folixa de Ribadesella en honor a Julio el de la Guía

Ribadesella Sociedad

La Folixa de la Sidre de Ribeseya comienza cargada de sentimientos y con un traslado obligado. El primer culín de esta edición se ha tomado en honor a Julio Díaz Quirós, ‘Julio el de la Guía’, uno de los chigreros más populares del concejo, fallecido en abril de 2020, en plena pandemia. La organización de La Folixa, Entaína Ribeseya, le ha entregado a título póstumo su máxima distinción, el Pin de Plata (una reproducción del oso de La Fuentina), pasando a engrosar su lista de Socios de Honor. La encargada de recogerlo fue su emocionada hija Rosa Díaz García, de manos de Carmen Codesal. 

Natural de Pola de Siero (1931), Julio dejó la escuela a los doce años de edad para trabajar como tratante, profesión que le trajo a Ribadesella y que con los años compaginó con la de chigrero, cuando en 1960 contrajo matrimonio con Felicidad García González ‘Fily’, hija de Rosa la Guía. Tras la muerte de su suegro, Julio se hizo cargo del llagar familiar y empezó a corchar sidra para venderla en la sidrería La Guía o en el Submarino de Arriondas, a donde la enviaban en tren, en cajas de madera. 

Quienes le conocieron bien dicen lo mismo, que fue un “maniático” para la sidra. Siempre la almacenaba en locales con paredes de piedra y suelo de tierra para que estuviera a la temperatura adecuada. “En invierno sacaba las botellas al sol y en verano de cuatro en cuatro para que no calentara”, aseguran. Además, fue un pionero en la celebración de espichas en el concejo. 

Estuvo al frente de la Guía hasta hace quince años, aunque siempre estará omnipresente en ese rincón riosellano. Ya sea sentado en una de las mesas de La Guía o en la portezuela de la bodega situada en el bajo de su casa, en el barrio de El Portiellu. Por su sonrisa, por su buen humor y bonhomía, por su pasión sidrera, Julio el de la Guía ha recibido el reconocimiento de La Folixa Riosellana de la Sidra. 

Un evento que ha tenido que cambiar de ubicación debido a problemas burocráticos de última hora. La idea pasaba por celebrarlo en la explanada de la rula, en suelo portuario, “pero los permisos no llegaron”, explicó el concejal de festejos, Pablo García. La organización pidió trasladarlo al aparcamiento de La Atalaya, pero el Ayuntamiento optó por la Plaza Nueva, espacio finalmente aceptado por Entaína y lugar donde se celebrará hasta el domingo. Puertos quiere que las solicitudes de suelo para la organización de eventos se formalicen con un mes y medio de antelación y esta vez “no se hizo en tiempo y forma, por lo que vino denegada”, añadió el concejal. 

La Dirección General de Infraestructuras Viarias y Portuarias ya comunicó al Ayuntamiento que a partir de 2024 el plazo para realizar ese tipo de solicitudes será ampliado y habrá que presentarlas con tres meses de antelación. Por ese motivo, Pablo García espera poder reunirse con sus responsables para establecer un protocolo que permita agilizar los trámites que deben hacer las asociaciones, clubes o colectivos ya que la inmensa mayoría de los eventos que se promueven en la villa se ubican en suelo portuario.  

No obstante, a pesar del obligado cambio de este año, García confía en que La Folixa “sea un éxito en la Plaza Nueva” gracias al programa diseñado por Entaína, en el que no faltarán los tradicionales concursos de gaiteros y sidra casera, el festival en recuerdo de Hugo y Puru o el concierto de Llan de Cubel, entre otros. 

Carmen Codesal se dirige al público asistente antes del reconocimiento póstumo a Julio

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