Después de dos horas de trabajo, un equipo de bomberos lograba rescatar en la tarde de ayer a un perro que se había caído a una sima vertical de unos 40m en Ruenes (Peñamellera Alta).
Según explican sus rescatadores, el perro “sólo dejo de ladrar cuando llegamos a su altura”. Lo más complicado fue “colocarle el arnés para poder sacarlo de allí, ya que estaba encajado en perpendicular entre dos paredes”. Una vez le colocaron el arnés lo fueron izando.
Para llevar a cabo la operación, los bomberos rescatadores montaron un sistema de anclajes y cuerdas. Uno de ellos bajó por la chimenea hasta una repisa situada a mitad de camino donde escuchaba al perro ladrar. Tras valorar la situación, otro compañero descendió por la pared vertical y consiguió llegar hasta él. Juntos procedieron a su rescate.
VÍDEO RESCATE
Una vergüenza arriesgar la salud de esos trabajadores por un animal. Y me pregunto qué ocurriría si durante las dos horas que duró el rescate se precisa a este dispositivo para rescatar a una persona, a ti o a tu hijo o a tu madre, lector que vas a saltar a este comentario.
Ya no es que dejen el perro a medio rescate sino el tiempo que van a perder en recogerlo todo.