Este jueves parten rumbo a Almería los dos primeros riosellanos que han decidido embarcarse en una aventura por el desierto, la decimosegunda edición de la Panda Raid, un rallye de regularidad y resistencia que transcurre por los desiertos del sur de Marruecos. El que fuera piragüista de La Cultural, Luisma Gutiérrez y su compañero de fatigas Samuel Fernández, vecino de Calabrez, quieren hacer historia completando las siete etapas del recorrido con la única ayuda de una brújula y el libro de ruta que les entregará la organización.
El año pasado lo intentaron, pero como no encontraron el coche que estaban buscando se quedaron a las puertas del desafío. Este año, hubo más suerte y en la vecina localidad de Nueva se hicieron con la cabalgadura deseada. Era propiedad de unos vecinos del Valle de San Jorge que habían acudido a la cita en las dos últimas ediciones. Así que esta será la tercera aventura para el Seat Marbella de 1996 que compraron en Nueva, un Panda evolucionado. “Si aguantó dos años, esperemos que aguante el tercero también”, afirmó Luisma Gutiérrez. De hecho, el primer año le fue bien, “aunque rompió el motor en Salamanca cuando venía de regreso”. El año pasado le instalaron un motor nuevo, completó el raid sin ningún problema y ya está listo para el tercero con zapatillas nuevas.
En esta edición participan 375 equipos, cuatro de ellos asturianos. También están los hermanos Crespo de Colunga. Los ocho aventureros partirán juntos con sus Pandas dirección a la taifa almeriense. Desde allí se dirigirán a Algeciras, donde el viernes tienen que pasar las verificaciones oportunas. “Nosotros tenemos el dorsal 316 y nos toca pasar el control técnico de una y media a dos”, añadió Gutiérrez. Hasta Almería tienen un largo recorrido de mil kilómetros que deben hacer con coches de 40 cv de potencia y ruedas de tacos, “así que habrá que bajar despacín y con tranquilidad”.
Participar en la Panda Raid no resulta barato. La inscripción asciende a 2.450 euros por equipo, aunque una parte de la recaudación siempre se destina a proyectos solidarios vinculados con la implantación de la apicultura en el bosque de Mesguina, cerca de Agadir. La inscripción incluye buena parte de los gastos. Desde la asistencia técnica en cada una de las etapas, hasta el ferry de ida y vuelta, pasando por los vivacs donde hacen noche los equipos con todas las comodidades que permite el desierto. La primera etapa se disputará el domingo 8 de marzo y esperan regresar el día 15.
El Seat Marbella de Luisma y Samuel irá equipado con todo lo necesario para una aventura de estas características. La organización exige un kit de competición mínimo para dar de alta al equipo, en el que se incluyen palas, extintores, dos garrafas de gasolina, caja de herramientas, tienda de campaña, sacos de dormir,… “de todo un poco, además de algo de comida, pero como el Panda no es tan grande como parece, vamos hasta arriba”, añadió Gutiérrez. Los dos prometen disfrutar de los paisajes que ofrece el desierto y esperan regresar cargados de recuerdos y amigos, aquellos que nacen, crecen y se fortalecen en la adversidad de un paraje inóspito. Al margen de las firmas que patrocinan su equipo, el coche también lleva inscrito el nombre de Miguel, el hijo de Luisma.
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