
El conflicto surgido en la Mancomunidad Llanes-Ribadedeva en torno al convenio colectivo de las trabajadoras adscritas a Servicios Sociales y Ayuda a Domicilio sigue coleando. Según la Unión Comarcal de UGT Oriente, el acuerdo alcanzado entre CCOO, VecinosXLlanes y Partido Popular, acuerdo rechazado dos veces en pleno fue producto de una «pseudo negociación».
De hecho, en UGT se alegran de que PSOE y Juntos por Ribadedeva «hayan reconducido la situación poniendo sensatez y orden a los procesos que nos ocupan». Según la organización sindical lo «prioritario» en este asunto es la finalización del proceso de estabilización de las trabajadoras en sus puestos, «paralizado desde hace un año, con la disculpa de la aprobación de un convenio».
UGT considera que ambos procesos son «totalmente independientes» y que la ley 20/21 obliga a que el proceso de estabilización se realice «sin modificaciones de las condiciones de las plazas, bajo el principio de seguridad jurídica».
Y asegura que, tras el proceso de estabilización, debería aprobarse una relación de puestos de trabajo (RPT), «que de manera imparcial y objetiva describa los puestos y sus funciones». Seguidamente la negociación y firma de un convenio que mejore las condiciones laborales de todas las trabajadoras, «sin que ninguna pierda derechos, cosa que no ocurría con la actual propuesta y que pusimos de manifiesto en la mesa de negociación de diciembre y fue respaldada por el vicepresidente y alcalde de Ribadedeva», añade UGT en un comunicado.
Sin embargo, en la mesa de negociaciones reunida en enero, «el presidente y alcalde de Llanes no tuvo en consideración ninguna de nuestras propuestas». Por ese motivo, UGT entiende que para llevar a cabo las mejoras económicas necesarias, «sería conveniente que estas estuviesen respaldadas por un presupuesto nuevo». Nunca aceptarán una propuesta en la que algunas trabajadoras «pierdan derechos, como ocurre con la que se ha llevado a pleno».
UGT entiende que las diferencias actuales están motivadas por los distintos tipos de contratos que tienen las distintas trabajadoras. Asegura que, en el origen de la mancomunidad, las trabajadoras provienen de dos ayuntamientos diferentes, con convenios colectivos distintos y con condiciones laborales refrendadas por resoluciones de las alcaldías del año 2004, año de constitución de la mancomunidad. «Entendemos que las condiciones más precarias vienen de los contratos firmados con posterioridad, que no cuentan con el respaldo de un convenio digno», añade la organización en un comunicado.