El mes de noviembre fue un mes malo para la pesca de la angula en la ría de Ribadesella. No fue el peor noviembre de la historia -los hubo mucho menos productivos-, pero se quedó muy por debajo del año pasado. Las capturas que pasaron por la balanza de la Cofradía de Pescadores Virgen de Guía cayeron un 30% respecto al mismo mes del año pasado. En noviembre de 2019 se subastaron 402 kilos y en noviembre de 2020 fueron 278 kilos.
Los motivos del descenso pueden ser varios. Desde los meteorológicos, “porque este año el tiempo estuvo muy calmado y los ríos estuvieron flojos de agua, sin turbia alguna”, hasta los ambientales, ya que los anguleros riosellanos siguen denunciando la elevada contaminación que soporta el río Sella con muchas manchas y continuos vertidos. “Algo hay, porque la que antaño fue una de las mejores rías para la pesca de la angula en el Cantábrico ahora se vea superada por cualquier riachuelo”, lamentó José Manuel Gutiérrez, secretario de la cofradía.
De hecho, muchos de los 48 profesionales de la angula inscritos en la lonja riosellana han decidido moverse a otras rías cercanas para sacar rendimiento a su trabajo nocturno. Entre ellas, la de San Antolín, en el vecino concejo de Llanes. “Aquí algo hay, pero poco. La mayor parte de las capturas de noviembre proceden de otras rías y en especial de San Antolín a donde van casi todos”, añadió Gutiérrez.
Para colmo, el precio medio también ha bajado respecto al mes de noviembre del año pasado. Ha pasado de 484 a 413 euros el kilo, “aunque con los bares cerrados nos temíamos un descenso aún mayor”. Aún así, en Ribadesella hay un restaurante que sigue comercializando angula a clientes que tiene en Madrid. Es el caso del restaurante La Huertona. La envía por transporte urgente. La recaudación por la venta de angula en el mes de noviembre se situó en 115.303 euros.
